Serie de Harry Potter 163/199: ‘El ascenso del Señor Tenebroso’

¡Ay! el tormento arraigado en el linaje,

el grito desgarrador de la muerte,

el golpe que rasga la vena,

la sangre que nadie restaña, la pena,

la maldición insoportable.

Pero hay un remedio en esta casa,

no fuera de ella, no,

no venido de otros, sino de ellos mismos

en su pugna sangrienta. A vosotros clamamos,

oscuros dioses que habitáis bajo la tierra.

Escuchad con atención, dichosos poderes subterráneos,

responden, enviad ayuda.

Amparad a estos muchachos, concededles la victoria ya.

Esquillo, Las coéforas

La muerte no es más que un viaje, semejante al que realizan dos amigos al separarse para atravesar los mares. Como aún se necesitan, ellos siguen viviendo el uno en el otro y se aman en una realidad omnipresente. En dicho divino espejo se ven cara a cara, y su conversación fluye con pureza y libertad. Tal es el consuelo de los amigos: aunque se diga que han muerto, su amistad y su compañía no desaparecen, porque estas son inmortales.

William Penn, More fruits of solitude.

capitulo 1

Y llegamos al capitulo número 163 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 días estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capítulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El día de hoy es el turno para el capitulo número 163 de la Serie de Harry Potter y el primer capitulo del séptimo y último libro de la saga.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

Capítulo 1: El ascenso del Señor Tenebroso

Dos hombres aparecieron en un sendero bañado por la luz de la luna apartados por escasos metros de distancia. Ambos se apuntaban con las varitas hasta que se reconocieron y comenzaron a andar hacia el mismo camino.

Snape traía excelentes noticias. Yaxley había tenido problemas con su misión pero finalmente la había sacado a flote, confiaba en que “él” estuviera satisfecho. Yaxley le preguntó a Snape si estaba convencido de que lo recibiría bien. Snape solo asintió y no dio más explicaciones. Los pavorreales de Lucius asustaron a Yaxley, quien llamó a Lucius engreído.

Una gran mansión comenzó a aparecer entre la oscuridad. Se acercaron a la puerta que abrió hacia adentro, pero no se vio quien la abría. El vestíbulo estaba débilmente iluminado y decorado con suntuosidad. Los dos hombres se detuvieron frente a una maciza puerta de madera, titubearon un instante y, acto seguido, Snape hizo girar la manija de Bronce.

El salón estaba repleto de gente sentada alrededor de una larga y ornamentada mesa, todos guardaban silencio. El salón estaba únicamente iluminado por la chimenea, bajo una repisa de mármol coronada con un espejo de marca dorado. Snape y Yaxley tardaron un momento en acostumbrarse a la luz, cuando se acostumbraron vieron lo más extraño de la escena: Un figura humana colgaba cabeza abajo sobre una mesa.

Una voz potente y clara llamo a los recién llegados, casi llegaban tarde. Quien había hablado estaba situado delante de la chimenea, por lo que solo se veía su silueta. Al acercarse pudieron distinguir más claramente un rostro liso sin una pizca de vello, serpentino, con dos rendijas a modo de orificios nasales y ojos rojos y refulgentes.

Voldemort le indicó a Snape que se sentara a su lado y Yaxley debía sentarse junto a Dolohov. Las miradas seguían a Snape, Voldemort le preguntó sobre las noticas que traía: La orden del fénix sacaría a Harry Potter el sábado al anochecer. Los ojos de Voldemort se clavaron en los de Snape con tal vehemencia que algunos de los presentes desviaron la mirada, pero Snape mantuvo firme la mirada, Voldemort esbozó algo parecido a una sonrisa. Yaxley dijo que la información que el tenia era que Potter seria trasladado en día treinta, es decir, la noche antes de que alcanzara la mayoría de edad. Snape advirtió que planeaban dar una pista falsa, esa debía ser la pista falsa. La orden ya no confiaba en el ministerio, porque pensaban que ya estaba bajo el yugo de Voldemort. Un hombre rechoncho dijo que la orden no se equivocaba en eso. Yaxley quiso seguir explicando lo que el había descubierto, pero Voldemort lo hizo callar levantando su mano y volvió a dirigirse a Snape.

Planeaban esconder a Harry en la casa de un miembro de la orden, la casa en cuestión tenia toda la protección que la orden y el ministerio podían proporcionar. Si el ministerio había caído antes del sábado, no habría problema en burlar los sortilegios. Voldemort nuevamente se dirigió a Yaxley preguntando si el ministerio caería antes del sábado. Yaxley dijo que había conseguido hacerle la maldición imperius a Pius Thicknesse. Voldemort dijo que necesitaban matar al ministro antes de entrar en acción. Según Yaxley, Pius tenía contactos en todos los departamentos y entonces seria fácil acabar con Scrimgeour. Además de tener infiltrados en el departamento de transportes mágicos, que le informarían inmediatamente si Potter trataba de usar la red flu o aparecerse. Snape dijo que no harían ninguna de esas cosas, ya que la orden evitaba todo lo que tuviera que ver con el ministerio. Lo que seria mejor, ya que significaba que tendrían que sacar a Harry a campo abierto.

Voldemort dijo querer a Harry para el, si seguía con vida era debido a sus errores y no a los aciertos del chico. Ahora entendía cosas que antes no, el debía matar a Potter y así lo haría. Pero para conseguirlo necesitaba otra varita, una varita que uno de sus súbditos le daría. Como nadie se ofreció le pidio la varita a Lucius. Lucius dudó en dársela, miro a su esposa, que le tomo la muñeca. A esa señal Lucius entrego la varita. Voldemort sacó su varita para comparar sus longitudes. Lucius creyó que se al daría a cambio de la suya. Voldemort se burló, debería estar agradecido de que le regalara su libertad, pero más bien parecía que no estaban cómodos con su presencia en su casa.

Lucius rápidamente desmintió eso, pero Voldemort sabia que mentía. Voldemort siguió produciendo un silbido aun después de terminar de hablar. Una enorme serpiente se deslizó bajo la mesa y trepó hasta los hombros de Voldemort, quien siguió acusando a los Malfoy de mentir sobre querer su regreso. Una mujer morena dijo con voz emocionada que para ellos era todo un honor alojarlo en casa de su familia. Bellatrix estaba sentada junto a su hermana, pero a diferencia de Narcissa, que estaba tensa e impasible, Bella se inclinaba hacia Voldemort, ya que sus palabras no le bastaban para expresar sus ansias de proximidad.

Voldemort comenzó a hablar sobre la sobrina de Bellatrix y Narcissa, sobre que se había casado con Remus Lupin, el hombre lobo. Los presentes rieron. Bellatrix se sintió humillada y no tardó en decir que ellas ya no tenían relación con su hermana y que Tonks y la bestia con que esta se había casado no significaban nada para ellas. Voldemort se dirigió a Draco, preguntándole si el cuidaría a los cachorritos. La hilaridad seguía en aumento, pero se para en cuanto Voldemort dijo que parara. Le dijo a Bella que era necesario podar su árbol genealógico, y esta dijo que lo haría en la primera ocasión que tuviera.

Voldemort apuntó la varita al cuerpo que flotaba sobre la mesa y enseguida este volvió a cobrar vida. Le preguntó a Severus si la conocía, este volteó a verla, la mujer le gritó por ayuda. Snape la reconoció. Voldemort le pregunto a Draco si el la conocía, pero este negó con la cabeza. La mujer era la profesora Charity Burbage de estudios Muggles de Hogwarts. Charity volvió a pedirle ayuda a Snape, pero Voldemort la calló. Explicó que esa mujer le enseñaba a los hijos de magos que los muggles no eran diferentes a ellos, además de que había escrito un articulo en el profeta que hablaba de que debían llevarse bien con los muggles, si por ella fuera, según Voldemort, debían emparejarse con muggles o, ¿Por qué no?, con hombres lobo.

La mujer quedo de frente a Snape por tercera vez, las lagrimas surcaban su rostro, Snape la miraba impertérrito.

Voldemort utilizó Avada Kedavra y un destello de luz verde iluminó hasta el ultimo rincón de la sala y Charity cayó con un resonante estrepito sobre la mesa. Voldemort le dijo a Nagini que era hora de comer. La serpiente abandonó los hombros de Voldemort y se deslizó por el pulido suelo de madera.

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Autor Whitzard

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