Los antecedentes literarios de Harry Potter VII

El chiquillo que siempre perdía su sapo

-Hay muchos tipos de valentía –dijo sonriendo Dumbledore-. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Por lo tanto, premio con diez puntos al señor Neville Longbotton.

Nevillees un personaje especialmente interesante porque su destino está unido al de Harry. Él podría haber sido el Elegido. En La piedra filosofal, nuestra autora favorita nos presenta a Neville como un muchacho apocado e inseguro, de cara redonda y con mala memoria, la víctima perfecta de los acosadores del colegio. Nos recuerda a Bastian, el protagonista de La historia interminable. Ambos personajes experimentan un crecimiento interior espectacular mientras viven sus respectivas aventuras. Por cierto, hay varios momentos en los libros de Rowling que nos pueden recordar escenas y situaciones de La historia interminable. La caída de Atreyu desde la torre se asemeja a la caída de Dumbledore tras su muerte. Lo mismo ocurre con el baño de Harry en el lavabo de los prefectos (El cáliz de fuego) y el baño de Bastian en el palacio de Graógraman, con sus chorros y sus burbujas de colores. También podéis releer el primer vuelo de Harry sobre el hipogrifo y comprobar como la sensación que transmite es parecida a la primera ocasión en la que Atreyu monta sobre Fújur.

Volviendo sobre Neville, tenemos que fijarnos en la importante carga simbólica de la cita de La piedra filosofal que encabeza este artículo. Después de todas las pruebas que Harry, con la ayuda de Ron y Hermione, tuvo que superar para llegar hasta el espejo de Oesed y recuperar la piedra tras enfrentarse con Voldemort, Gryffindor sólo consiguió empatar con Slytherin. El desempate se rompe con los diez puntos que Dumbledore concede a Neville. Lo mismo sucede en Las Reliquias. El viaje, la búsqueda, la destrucción de horrocruxes, el dolor, la muerte… Todo lo que hicieron Harry, Ron y Hermione habría sido en vano si Neville no le hubiese rebanado el pescuezo a Nagini.

Y es que Rowling escondió el desenlace de la saga en La piedra filosofal. Lo hizo en forma de símbolos. Harry se enfrenta con Voldemort en el bosque y en el interior del castillo, al igual que en Las Reliquias. Harry cree que Snape es malvado; pero, al final, descubre que el hombre de negro con nariz ganchuda ha estado ayudándole todo el tiempo. La relación entre Harry y Snape empieza con una mirada en La piedra filosofal (cuando Snape lo mira por encima del turbante de Quirrell)  y acaba con otra mirada en Las Reliquias.

No estás en situación de negociar, Potter –replicó Lucius Malfoy, y el placer que sentía hizo que el rubor coloreara su pálido rostro-. Verás, nosotros somos diez, y tu estás solo… ¿Acaso Dumbledore no te ha enseñado a contar?

-¡No está solo! –gritó una voz en la parte más alta de la sala-. ¡Todavía me tiene a mí!

A Harry le dio un vuelco el corazón: Neville bajaba como podía hacia ellos por los escalones de piedra, con la varita mágica de Hermione firmemente agarrada con una temblorosa mano.

A Harry le dio un vuelco el corazón y a mí, también. Desde los diez puntos que le dieron a Gryffindor la copa de la casa, sabía que Rowling, siempre dispuesta a demostrarnos que no hay que fiarse de las apariencias, reservaba a Neville un gran papel en su historia. Y así fue. Reorganizó el Ejército de Dumbledore y lideró la resistencia contra los mortífagos dentro de Hogwarts.

La amistad con Harry, Ron y Hermione juega un papel muy importante en la evolución de Neville. La integración en el Ejército de Dumbledore y las enseñanzas de Harry son fundamentales para ayudar a Neville a salir del cascarón. Pero Harry también madura a través de la relación con personajes como Neville o Luna. Podéis releer el viaje de ida en el expreso de Hogwarts de La Orden del Fénix y compararlo con el viaje del año siguiente. En el quinto año, Harry tiene como compañeros de viaje a Neville, Luna y Ginny. Lejos de concederles el valor que se merecen, Harry se siente avergonzado de que Cho lo sorprenda compartiendo asiento con ellos. Y, antes de partir hacia el ministerio para rescatar a Sirius, Harry duda de que ellos tres sean los miembros más competentes del ED para afrontar aquella misión. Un año después, en el mismo lugar, Harry tiene una opinión muy diferente de Neville, Luna y Ginny, que ahora no va con él en el vagón (le está bien empleado a Harry por ignorarla durante tantos años), y así se lo manifiesta a Romilda Vane.

Neville fue liberando poco a poco al auténtico gryffindor que llevaba dentro. Hasta que, un día, en medio de una batalla en la que parecía que la derrota era segura, en la que parecía que la rendición era la única salida, el chiquillo que siempre perdía su sapo y al que le aterrorizaban las regañinas de su abuela y de los profesores se abrió paso entre la multitud y se plantó ante el mismísimo Voldemort, sin importarle que aquel acto de desesperada valentía le acarreará la muerte. Y nos regaló uno de los momentos más emotivos de la saga:

-¡Me uniré a ustedes cuando se congele el infierno! ¡Ejército de Dumbledore!

[Las citas de este artículo han sido extraídas de Harry Potter y la piedra filosofal, Harry Potter y la Orden del Fénix y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, libros escritos por J. K. Rowling.]

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Autor Lourdes Fernandez Montoya

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