Perfil: Ronald Billius Weasley

Hoy vamos a darle la bienvenida a esta ronda de perfiles al mejor amigo de Harry Potter: Ronald Weasley

Para empezar me gustaría comentarles que me han surgido grandes dudas con respecto a la elección del segundo personaje a desarrollar. Me pareció obvio escribir el primer perfil basado en el personaje principal de la historia. De ahí se puede deducir fácilmente que el resto de los perfiles seguirán el mismo patrón; el del protagonismo (y de cierta manera la importancia) que el personaje tiene en el transcurso de los hechos. Sin embargo me encontré con un obstáculo nada insignificante: puedo hacer esta valoración sin ningún problema cuando la diferencia es grande, por ejemplo si contrapusiera a Luna con Dumbledore, o a Sirius con Mundungus. Pero, ¿qué pasa si intento hacer lo mismo entre Ron y Hermione?

No cre ser justo si en algún momento afirmo que un personaje es más trascendente que el otro (Ron o Hermione), por lo tanto decidí empezar con el pelirrojo Weasley solo por el hecho de aparecer unas pocas páginas antes que Hermione en la vida de Harry. Lo irónico del asunto es que este “segundo lugar” va a resultar bastante pesado para el personaje, como veremos un poco más adelante. Por ahora me conformo con esta poco elegante reflexión: si existe un personaje que estuvo en el lugar y en el momento justo, ese fue Ronald Bilius Weasley.

Me arriesgo a pensar que el sexto hijo de Arthur y Molly Weasley podría haber sido un ilustre desconocido, de no haber tenido la suerte (o quizás el destino así lo quiso) de conocer en su primer viaje a Hogwarts al “niño que sobrevivió”. Este providencial encuentro con Harry Potter va a pautar no solo la importancia del personaje en la saga, sino también todas y cada una de las instancias de superación del mismo. O sea, el desarrollo personal de Ron va a estar atado todo el tiempo a su relación de amistad con el protagonista.

PELIRROJO, POBRE E INSEGURO

Tres características muy notorias con las cuales va a ser asociado frecuentemente. El color de su pelo no solo va a ser su distintivo, sino también el de sus hermanos, lo cual me hace pensar en el tema de la pérdida de identidad. Ron va ser solamente “otro Weasley”, como le dice el Sombrero Seleccionador. Quizás este sea uno de los tópicos más importantes en la esencia del personaje, ya que la búsqueda de su propia expresión va a estar presente continuamente. Ese esfuerzo por encontrar su lugar en el mundo, aparece como una constante en el desarrollo de la obra. Ron va a compartir su vida con tres hermanos que fueron prefectos, dos hermanos más que populares, un amigo famoso y una amiga super inteligente. En medio de estos personajes, Ronald va a intentar colocarse en su propio sitio, el cual aún no está nada definido.

A veces creo que si no existiera Harry, Ron Weasley sería solamente el blanco fácil de toda la ponzoña de Draco Malfoy.
Por eso es sumamente importante el desarrollo inicial de la historia; Ron va a inspirarse en Harry para rebelarse contra lo que parecía un destino seguro. Potter va a oficiar como ejemplo de superación, de lucha y de rebeldía.

Esto no quiere decir que el personaje pueda resolver a partir de ahí sus problemas fácilmente. La situación económica de su familia prácticamente lo va a atormentar durante años; Draco se lo va a recordar todas las veces que sea posible, e inclusive a medida que pasa el tiempo, notará sin ninguna ayuda esta carencia a medida que crezcan sus necesidades personales. La mayoría de las veces va a hacerlo utilizando a Harry como sujeto comparativo. En “El Cáliz de Fuego” este punto parece cobrar más relevancia que nunca; el problema que le genera tener que usar su túnica de gala de segunda mano, va a llevarlo a declarar elocuentemente que odia ser pobre. Independientemente de la valoración estética de dicha prenda, lo frustrante de la situación radica en que la misma se va a lucir en un evento social de importancia. Se puede inferir entonces que en la cabeza de Ron, esa túnica pasará a ser un símbolo de su pobreza; usar esa vieja, gastada y fea prenda va a ser un acto de pobreza manifiesta.

Definitivamente puedo imaginar que para un adolescente esta instancia puede significar algo absolutamente vergonzoso; posiblemente hasta una persona adulta pueda verse cohibida por esta situación. No es nada anormal entonces, que a través del sexto Weasley aflore la inseguridad, y la rabia por no poder cambiar esa situación. En definitiva, todavía no depende de él mismo. Me parece apropiado darle un poco más de forma a esta inseguridad, ya que a los elementos ya mencionados se va a agregar otro de bastante peso.

EL AMIGO DE…

Ser “el amigo” de Harry Potter le trajo indudables beneficios a Ron; si embargo resulta evidente que no todo es lo que parece. Las emociones del pelirrojo con respecto a esta relación, se encuentran en un precario equilibrio; Ron como individuo vs. “el amigo de Harry”. Ambos son la misma persona, aunque uno se identifica con lo íntimo y el otro con lo social. Pasa de ser un chico sin probabilidad cierta de destacarse en nada, a ser un chico que se destaca por la cercana presencia de otra persona (Harry). Esto va a provocar algunos conflictos, sobre todo a partir del cuarto libro, lo cual coincide con una etapa muy difícil en la vida de cualquier ser humano. Mientras la adolescencia golpea la puerta de Ron Weasley, Harry (sin vivir ajeno a esta misma realidad) adquiere más notoriedad que nunca con su participación en el Torneo de los 3 Magos. Esos ataques de celos que sufre nuestro personaje son por demás comprensibles en este momento de su vida. Ronald siente que las puertas que se le abren a su amigo, jamás se le abrirán a él.

Contra todas estas sensaciones, Ron va a dar igualmente una buena señal el año siguiente: su participación en el equipo de quidditch de Griffindor. Este quizás sea uno de los más claros síntomas de lo que va a ser el posterior proceso de cambio de nuestro querido personaje. Quiero de todas formas aclarar que la palabra proceso tendría que ir subrayada, ya que si bien la realidad de Ronald Bilius va a sufrir un cambio paulatino, este se va a consumar recién sobre el final, dando lugar a un último y desagradable episodio de fricción en “Las Reliquias de la Muerte”. Aquí, si bien la presencia del horrocrux va a jugar un papel preponderante, Ron va a exteriorizar una de sus mayores inseguridades. Pero por ahora dejemos este asunto por aquí; inclusive vamos a cambiar un poco la óptica de este perfil, ya que si seguimos así, nadie va a entender porqué Harry lo considera su mejor amigo.

CON LOS OJOS CERRADOS

Nuestro personaje del día, el cual posee una insólita tolerancia al ridículo, cuenta además con una característica que no se encuentra en cualquier persona, y que es generalmente muy apreciada: la lealtad. Y este punto en particular lo vamos a calibrar de acuerdo a una interesante faceta; esta va a demostrar la peculiar trascendencia que tiene el hecho de que Ron Weasley sea leal a Harry durante toda la historia. Si bien Hermione también muestra una férrea lealtad a sus amigos, el caso de Ron es más sorprendente e inesperado. Granger tiene todo el tiempo plena conciencia de sus actos; Weasley no. En general, la mejor amiga de Potter ayuda a elaborar los planes de acción. Es una participante definitivamente activa en el entendimiento de los hechos. Ron por su parte, parece estar la mitad de las veces desconectado de lo que se piensa y de lo que se habla. Sin embargo, actúa en consecuencia de lo que decidan sus amigos. Pocas veces aporta una idea acertada, pero a la hora de poner en marcha un plan, se convierte en un notable brazo ejecutor. Harry sabe que puede contar con su amigo para lo que sea. Esté asustado o no, de con el plan o no, Ron va a estar ahí. Lo más valioso de esa lealtad, y el hecho que la confirma, está en que el pelirrojo actúa virtualmente con los ojos cerrados.

De todas formas, y para hacerle justicia, hay que reconocer que la evolución en este campo va a ser más que evidente, llegando a un séptimo libro en donde literalmente se luce; aparecen la iniciativa, las buenas ideas y la motivación.

R.B.W. Y EL AMOR

Si en algo se parecen Ron y Harry es en su conflictiva relación con el sexo opuesto. En “El Cáliz de Fuego” se abre este tema, mostrando a dos típicos adolescentes buscando iniciarse en la dulce experiencia del romance.

Para Ronald, esta experiencia va a estar llena de obstáculos y frustraciones, sobre todo si tomamos en consideración que a partir de aquí, va a tomar conciencia de que Hermione, su inteligente amiga, se ha convertido en una hermosa joven. Los celos poco disimulados que aparecen en ocasión del baile de gala (recordemos que H. Granger va como pareja de Viktor Krum), muestran el punto de inflexión en esta subtrama amorosa: Ron va a mirar a Hermione con otros ojos. Si bien hay una breve intervención de Lavender Brown en esta historia, la tensión se va a centrar en los dos amigos de Harry.

La inseguridad y el miedo van a superar los deseos de Ron con respecto a este tema; toda la valentía que muestra cuando la batalla empieza, desaparece cuando está frente a Hermione. De cierta forma, deja la impresión de no sentirse merecedor del amor de una chica tan meritoria. El proceso a través del cual el personaje acepta sus sentimientos es lento, desesperante. Cuando para el lector es obvio lo que pasa, Ron sigue dudando. Esto se puede atribuir a su ya mencionada inseguridad, sumado a la importancia que él mismo le da a este asunto. De hecho queda más que claro que el paso inicial al desenlace de esta historia de amor lo da Hermione.

Pero tratar de descomponer este tema de forma analítica me resulta tan absurdo como innecesario; en definitiva cada uno sabe lo que siente con respecto a esto. J.K. Rowling nos regaló una hermosa e intensa visión acerca del amor adolescente, en donde dos personajes que interactúan casi como opuestos, se encuentran el uno al otro en medio de una aventura que los une para siempre.

RUPERT GRINT

Una elección (para mi gusto) más que acertada para este papel. No solo logra hacer crecer su personaje a través de las distintas películas, sino que consigue expresar los distintos momentos emocionales del mismo, con una soltura atípica para un actor sin experiencia. Me resulta fantástica su capacidad para el humor, generando algo intensamente visual, basado en una expresividad facial envidiable. Es como si en cada que película que pasara descubriera nuevas formas de jugar con su rostro. Sin lugar a dudas, un punto fuerte en un elenco al que no le faltan los grandes actores, algunos de ellos de gran excelencia.

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