El Club DI: ¿Pueden existir los fans literarios?

¿Puede el personaje de una novela ser fan de un personaje literario de otra obra? ¿Acaso sólo es aceptado que un personaje tenga una militancia política, profese una determinada religión o sea fanático de un deporte en especial -con equipo preferido incluído-, pero se considere inaudito que uno de ellos sea admirador declarado de otro personaje de ficción? ¿Porqué existen muchos ejemplos de personajes cinematográficos que a su vez son fanáticos de otros personajes ficticios de cine, como ocurre con Star War y Star Trek, por citar los más famosos, pero no ocurre lo mismo en el campo de la literatura?

Quizás hasta ahora nunca habían surgido estas inquietudes, pero desde que J. K. Rowling escribió la saga de Harry Potter, y miles y miles de fanáticos de su obra surgieron en todas partes del mundo, entonces lo más razonable es que tarde o temprano esta realidad tendría que ser reflejada en un libro. Para algunos podría ser sorprendente que la primera persona en atreverse a inventar unos personajes que manifiestan abiertamente ser fanáticos de Harry Potter fuera una escritora española debutante llamada Lourdes Fernández, pero para quienes conocen a la autora, saben que esto es lo más lógico por cuanto ella misma es una fanática pottérica.

El tema del que hablo se ha puesto en el tapete al anunciarse que debido al éxito de ventas que ha tenido su novela El Club de los Detectives Incomprendidos, la editorial que la publica –Editorial Aladenasacará a circulación una segunda edición del libro en septiembre de este año. Junto con la noticia salió a la luz las discrepancias que existieron entre la autora y la editorial a propósito del potterfanatismo de los tres protagonistas de la novela. Así lo ha reconocido Francisco J. Vázquez, editor y director de Editorial Aladena:

«Yo mismo tuve mis diferencias con la autora sobre la novela por el aparente servilismo que hacía a las obras de Harry Potter, de cuyos personajes son fans los protagonistas del libro de Lourdes. Sin embargo, parece que eso precisamente es lo que ha atraído más lectores.»

La escritora Lourdes Fernández, mientras se apresta a firmar con la editorial por la publicación de la segunda (en proceso de escritura) y la tercera (aún en proyecto) parte de El Club de los Detectives Incomprendidos, nos relata sobre cómo enfrentó este impasse:

«… tuvimos una fuerte discusión antes de publicar el libro porque él [su editor] quería eliminar las referencias (en su opinión de entonces excesivas) a Harry Potter. Pasó el tiempo y no volvimos a hablar del tema hasta que nos entrevistaron en una emisora de radio local. Me sorprendió revelando lo de la discusión y añadiendo «reconozco que me equivoqué». Muchos usuarios de BH me escriben pidiéndome consejo porque quieren ser escritores. Una cuestión importante es creer en tu trabajo y defenderlo. Si Rowling no hubiera defendido su historia, hoy no conoceríamos a Luna, por ejemplo, porque su editor quería eliminarlo. En cualquier caso, el mérito no es sólo mío, porque él terminó accediendo y ahora reconoce que se equivocó, y sobre todo, le estoy inmensamente agradecida por darme la oportunidad de publicar.»

Después de leer la novela, sólo puedo reconocer que Lourdes no ha escrito sino aquello que conoce. Como una «potterfan» más, describió qué sienten y piensan otros como ella, o más bien, cómo pensaría y sentiría un fan de Harry Potter enfrentado a situaciones como las que encaran los personajes del Club DI. Aclaro que lo que hace en su novela no es copiar lo escrito por Rowling, sino llevar a “la vida en papel” a un fan de la saga pottérica, dibujado con amor, con trazo detallado y profundo conocimiento del pensamiento de los jóvenes.

«Ada recorrió con el dedo índice la cubierta de varios libros, observándolos con detenimiento. Se paró de repente, cogió uno y lo abrazó como si fuera un osito de peluche. Era el primero de una colección de seis libros que tenían las tapas muy gastadas de tanto uso, excepto el sexto, que aún estaba nuevecito. Se trataba de un libro muy importante para Ada. En una ocasión le había dicho a su madre que quería leer un libro de personas mayores. Y una mañana, cuando levantó la almohada para ver lo que el Ratón Pérez le había dejado a cambio de uno de sus dientes de leche, ¡allí estaba!: un libro con letra pequeña, sin dibujos, largo y con palabras difíciles. Era Harry Potter y la piedra filosofal.

Su madre se lo leía en voz alta por las noches. Cuando ella murió, iban por el sexto capítulo. Después, Ada tuvo que continuar sola.

Ada convirtió al trío protagonista en sus amigos invisibles. Ellos la salvaron en los momentos más oscuros de su vida. […]

[…] Pero Ada se sentía muy sola, y únicamente algunos pasajes de ese libro conseguían arrancarle, ocasionalmente, una ligera sonrisa.

En la actualidad, uno de los temas de conversación favoritos de Ada, Íker y Julián era lo que ocurriría al final de la saga. A Ada le gustaba visitar páginas web de fans e intercambiar teorías en los foros. Esto hacía que Ada se sintiera muy adulta, ya que la mayoría de los usuarios de las páginas eran jóvenes universitarios.»

El Club de los Detectives Incomprendidos, Cap. 3 «La princesa blanquísima, la madrastra y el espejo».

Creo que muchos lectores de BlogHogwarts no podrán más que sentirse identificados con lo escrito por Lourdes. La saga de Harry Potter ha sido y es un fenómeno mundial y lleva camino de convertirse en un clásico de la literatura. Hace poco descubrí que en la página de Wikipedia dedicada a los Trekkies (los fanáticos de Star Trek), tenían listas de «Trekkies reales» (como Al Gore, Bill Gates,  Whoopi Goldberg y Tom Hanks) y «Trekkies ficticios» (como Hiro Nakamura, de Héroes; Jack O’Neill, de Stargate SG-1; y Marty McFly, de Regreso al futuro). Sin duda, se podría confeccionar una lista parecida con los Potterfans. Ni siquiera habría que buscar muy lejos… En la lista de los «potterfans reales» estarían todos los lectores de BlogHogwarts y de otros sitios de internet, así como las diversas organizaciones de fans en distintas partes del mundo, como la Orden del Sol, en Perú (en la fotografía). Y por supuesto que entre los «potterfans ficticios» estarían Ada, Íker y Julián, los tres miembros de El Club DI, como los primeros de la lista.

Hay que reconocerle a Lourdes el mérito de haber sido la primera escritora que se atrevió a admirar el trabajo de Rowling y de cierta manera homenajearla en su libro, con la misma sinceridad y buena intención con que Rowling lo hizo con personajes y obras de otros escritores (como llamar a Cedric Diggory, en honor a Diggory Kirke de C. S. Lewis, por ejemplo). Se hace necesario aclarar que la novela de Lourdes hace tanto o más referencias a Cervantes y otros autores como a la obra de la escritora escocesa. Por ello, considerar que El Club DI es «servil» hacia las obras de Harry Potter, es restarle mérito allí donde más fuerte se hace: su contemporaneidad, su frescura, su línea directa con los jóvenes. Nuevas generaciones de potterfans surgen a cada año que pasa y serán novelas como la de Lourdes Fernández las que dejen registro sobre sus inquietudes e ideales, ya que a pesar de ser El Club de los Detectives Incomprendidos una novela de género fantástico, no deja de estar bien situada sobre terreno real. Nada raro que esté a punto de convertirse en un best seller y que los pedidos de reservas de ejemplares que padres y jóvenes han hecho a la editorial haga necesario una segunda edición de la novela. En este tema, los lectores siempre han sido y serán el mejor jurado.

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Autor Aura Zephyr

Blogger, enamorada de los libros y de las peliculas de aventuras y de fantasía épica.

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