Ensayo: «Yates o el Sacrílego IV»

Adaptar Las Reliquias de la Muerte en dos películas fue una de las mejores decisiones tomadas por la alta directiva del equipo de realización de Harry Potter. Ahora imagino qué hubiera pasado si solo un filme llevara a la gran pantalla el último libro de la saga, y adaptaciones no tan satisfactorias comoLa Ordendel Fénix o El Misterio del Príncipe  y hasta El Cáliz de Fuego me vienen a la mente y tiemblo…

Suele sucederme, sobre todo con Yates (y perdón a los que lo adoran), que cada vez que expectante veo un filme de Harry Potter me quede con un mal sabor, y solo me gusten un para de escenas a lo sumo.  Enla Orden, fue la batalla del Ministerio y el ED; en El Misterio del Príncipe, las del pensadero y la cueva. Solo en Las Reliquias, ambas partes, he quedado casi totalmente satisfecho (de las más recientes adaptaciones).

En la Parte1 hubo unas cuantas cosillas que no me gustaron, pero ese fue tema del anterior  post sobre Yates.

Primero que todo, esperé un flashback al principio: tras ver los trailers imaginé que dramatizarían el asesinato de James y Lily como los cuenta Rowling, hubiera sido un buen inicio. Vimos algo en los recuerdos de Snape; pero me pareció muy poco; pero para gustos, los colores. Quizás hay quien piense que ha sido suficiente con lo mostrado hasta el momento para llevarse una clara idea de cómo sucedió.

Algunas otras cosillas que me hubiera gustado ver en pantalla (y a todos, supongo) son la historia de Dumbledore, y la manera en que murieron Tonks y Lupin. No me quedo conforme con su aparición en las películas: pasaron por ahí casi sin importancia y ambos son de los más bellos personajes de la historia. El embarazo de Nymphadora —si escucha que la llamo así…—

Ahora pasaré a las partes más técnicas de la parte cinematográfica:

La fotografía, para variar, es excelente. Eduardo Serra (creo que lo he dicho en otras ocasiones) debía ganarse un premiazo por ese excelente trabajo que hace con los planos y cómo él se convierte en los primeros ojos de la película, el que nos conforma cómo se ve la acción.

En cuanto a los efectos especiales fueron realmente sorprendentes, y muy, muy reales. Algunos momentos que se merecen aplausos fueron la de Gringotts, y especialmentela Batallade Hogwarts y  la pelea entre Harry y Voldemort —escalofriante cuando se fusionan sus cabezas en el aire—.

Me parece muy buena también la dirección de arte (encargados de vestuario, diseños y esas cosas) que mantuvieron la misma línea desde la quinta película (recordemos que el pensadero en la cuarta era de una forma y en la sexta de otra).

Por su parte, la música, personalmente, me gustó más la banda sonora de la anterior, y me parece que saturaron con el tema de Lily, aunque debo decir que es el más bello. Desplat, me gusta más que cualquier compositor anterior, incluso que Williams, y me encantó que en este filme retomaran temas de John, en el epílogo, y de Hooper en las escenas de Snape.

En las actuaciones lo mejor del reparto lo hallé en Rickman, que verdaderamente mostró dolor; Ralph Fiennes, que en la escena final con solo una expresión anunció que llegaba su fin; Maggie Smith que pasó de lo serio a lo simpático y se mostró fuerte  como nunca antes la habíamos visto. Excepcional como se enfrentó a Rickman, una de las partes que más me gustó de todo el filme.

Por su parte, los del trío estuvieron bien, aunque el beso, por ejemplo, me pareció alejado de lo que había imaginado. Daniel actuó muy bien, y Mathew Lewis (Neville) me sorprendió realmente por toda su actuación que aunque breve, fue contundente.

En cuanto a Yates, me parece que esta es su más excelsa realización. La película está muy bien cuidada de errores, hasta el más mínimo detalle fue excepcional, desde el más mínimo hechizo hasta las mayores escenas de batalla. Imagino que para él, que según tengo entendido provino de la televisión y no tenía experiencia cinematográfica, fue realmente un arduo trabajo el de organizar y filmar las batallas, tan caóticas como se vieron en la cinta, como toda lucha.

Algo que sí me molestó fue que, de nuevo, las escenas emotivas fueron como flashazos, como un “ya lo vieron, supérenlo, continuemos”. La escena de Lavender y Fenrir Greyback fue tan fugaz…Vamos, que por muy insoportable que haya sido lavender al final es un personaje más de la saga, y el que compartió vida amorosa con Ron. E trío la vio ahí tirada y ni siquiera sus expresiones cambiaron. La escena de Fred, igual de horrible, casi ni la musicalizaron…A todas les hacía falta más tiempo en pantalla, y que lo había, porque según mis cálculos (espero no me falle la matemática), ésta es la más corta de la saga. No dio tiempo a que el público se metiera en el ambiente de tristeza y dolor que creaba una muerte de esa índole (la de Fred) y hasta la de Bellatrix fue como para decir: “Ok, ahí la tienen, la vieron en pantalla, no se quejen”. Y es que Bella —espero que mi pasión por el personaje no me ciegue— estuvo todo el tiempo siendo de los más sádicos y desquiciados caracteres y su EXPLOSIÓN en mil o más pedazos fue decepcionante. Esperaba una muerte más cruel, menos de piñata…

Las escenas de Snape en el pensadero —mi preferida en toda la película— desdoblaron a Alan Rickman, como bien dije en los párrafos anteriores, y entre la acertada adaptación de Kloves, los alucinantes efectos, la fotografía y el gran complemento de la música (sobre todo ese doloroso Farewell Dumbledore utilizado desde las últimas escenas de la secuencia) hacen de esta una manera de completar magistralmente los vacíos que dejaron otras adaptaciones y darle sentido a la historia.

Definitivamente, creo que ha llegado el tiempo de retractarme: Yates no es un sacrílego, tras las cámaras de Harry Potter, se ha hecho un maestro. Aunque aun no me caiga muy bien.

Comentarios

comentarios

Estudio periodismo en la Universidad de La Habana, escribo novelas y trabajo como periodista en CMBF Radio Musical Nacional. Potterhead!

Ver artículos

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.