Fanfic: Albus Potter y la Varita Partida – Capítulo 21 (Final)

Capítulo 22: Nada de Nombres

Por suerte para Albus, el día siguiente seguía siendo fin de semana, lo cual significaba que nada en el mundo lo levantaría de su cama durante todas esas horas. Hay que recordar que pasó desde Enero despierto reparando la Varita de Saúco, y luego de los hechos ocurridos esa noche en el Bosque Prohibido, merece un buen descanso. Hasta los Potter tienen que dormir.
James llevó a los prefectos a McGonagall, quien los envió a Azkaban para sacarles información. Durante el resto del año nunca se supo cuáles otros estudiantes eran Infiltrados. Lo bueno es que no hubo más ataques ni muertes repentinas.
James quiso explicarle a la directora y al resto del Colegio el crédito que merecían Albus y sus amigos por haber sido ellos quienes atraparon a los prefectos, pero Scorpius y Boggart le suplicaron que se llevara el mérito y mantuviera el secreto para no causar sospechas sobre ellos y las Reliquias. A la final, todos esos puntos fueron para Gryffindor. Cuando Albus por fin despertó, fue Scorpius quien le explicó la decisión que tomaron. A Albus no le importó, pero había algo que no entendía: – Pensé que querías ser visto como héroe, y así limpiar el apellido.
– La fama y la gloria no hacen al héroe, sino las acciones que hace por el bien de los demás. – dijo Scorpius. – Que me sigan viendo como Malfoy el sangre limpia, no me importa. Al menos cuento con que ustedes sepan quien soy en realidad.
– Un buen amigo. – dijo Albus.
– Miren, quería aprovechar cuando estuvieras despierto, para discutir con los dos sobre un tema serio. – dijo Boggart.
– ¿Y ese tema es…? – dijo Albus.
– ¿Cómo conservaremos las Reliquias cuando termine el año?
– Bueno, somos tres. – dijo Scorpius. – Que cada uno se quede con una Reliquia.
– Yo por mi parte ya tengo la Capa de Invisibilidad por ser de mi familia. – dijo Albus.
– Y yo no tengo problema con quedarme con la Piedra de la Resurrección. – dijo Boggart. – Tal vez no sea mucha su utilidad, pero será divertido hablar con personajes de la historia.
– Eso solo nos deja a…
– ¡Esperen! – dijo Scorpius, sorprendido. – ¿Quieren que yo me quede con la Varita?
РEres el ̼nico que no tiene inter̩s en usarla.
– Yo no podría resistirme si la tuviera. – dijo Boggart.
– Mucho menos yo.
– Pero… Albus, tu la reparaste. – dijo Scorpius.
– Si mal no me acuerdo, la Varita nos considera a los tres sus amos, y eso te incluye a ti.
– ¿Están seguros de esto?
– Por favor, solo di que si de una vez. – dijo Boggart.
Scorpius seguía sin poderlo creer. Le estaban confiando la Varita de Saúco, el arma más poderosa del mundo, a su cuidado. La tentación de usarla sería fuerte para cualquier otro, pero él se sentía capaz de manejarlo. Después de todo, no era una persona muy ambiciosa o avariciosa. No le interesaba el poder, o demostrar una superioridad que no existía. Solo quería una cosa en este mundo, y hasta acababa de rechazar la oportunidad de cumplir ese deseo. ¿Cuántas pruebas más necesitaba?
– Ok, me quedaré con la Varita cuando lleguen las vacaciones. – dijo Scorpius. – Antes de eso, ¿Cómo usaremos las Reliquias?
– Yo creo que lo importante es regular su uso. – dijo Albus. – Una regla sería “Jamás usar una Reliquia si no es extremadamente necesario, o si la vida de alguien depende de ello”.
– Me parece bien. – dijo Scorpius. – Opino que otra regla sería que “Ninguno de nosotros deberá usar jamás las tres Reliquias al mismo tiempo, a menos que los otros dos estén de acuerdo.”
– Ok, si ahora vamos a ser un grupo formal con reglas y todo eso, entonces también tengo derecho a crear la mía propia. – dijo Boggart. – “Nunca ponerle nombre al grupo, o apodos a sus miembros.”
– Totalmente de acuerdo. – dijo Albus.
– La regla más importante hasta ahora. – dijo Scorpius.
– Entonces está decidido. – dijo Boggart. – Oficialmente somos “El grupo de amigos que conoció a la Muerte, posee las Reliquias y jamás se llamará de ninguna forma.”
Las risas no se hicieron esperar por parte de los tres. Tal vez no eran exactamente los “Elegidos” que todo el mundo conocía y veneraba, tampoco le darían la Copa a alguna de sus casas, ni siquiera cancelaron los exámenes finales por sus acciones, y mucho menos se esperaban grandes cosas de ellos, pero Albus estaba seguro de una cosa: Mientras estuviera junto a Boggart y Scorpius, los días que vendrían siempre serían interesantes.


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