Sólo tú me entendías

Por: Alejandro Martínez

Harry Potter pensó que nunca más, o no tan pronto, se moriría un ser querido. Había perdido a sus padres, a su padrino, a su maestro; había perdido quizás a todas las personas que lo comprendían excepto a ella. Pero ahora, ella también se iba de su vida no sin antes haber traido al mundo un par nuevas.

Luna Lovegood había muerto.

Esa mañana cuando Hermione vine a avisarle, Harry comprendió que había estado enamorado de Luna. Si Ginny hubiese muerto, el dolor hubiese sido espantoso, pero no tanto como el perder a Luna.

Harry siempre se lamentó no haber conocido a Luna antes, sentía que muchos de sus los problemas y las tristezas que vivió en sus primeros cuatro años en Hogwarts, ella los hubiera sanado.

Todos sus amigos y conocidos estaban aquel día en el cementerio. Harry se sorprendió al ver también muchos ex-compañeros de Hogwarts que, a pesar de haberse burlado de Luna durante sus estudios en Hogwarts, se dieron cuenta más tarde la fabulosa persona que ella era.

– Harry – dijo Ginny quien llevaba puesto un vestido negro y cargaba un pañuelo lleno de lágrimas. – Rolf ha huido.
– ¿Qué? ¿Cómo dices? ¿Y Lorcan y Lysander? – dijo Harry muy preocupado.
– Hermione los está cuidando, tenemos que decidir qué vamos a hacer, Rolf ha dejado una carta diciendo que él es un alma libre y no puede cuidar niños, y recuerda que todos los Lovegood han muerto – dijo Ginny y se llevó el pañuelo a los ojos.
– Pero me tienen a mí, su padrino. Quiero criarlos Ginny, Luna era nuestra amiga. – dijo Harry firmemente.
– Yo también quiero Harry, pero tienes que saber que cuidaremos a tres pequeños. – dijo Ginny.
– ¿A qué te refieres? Lorcan y Lysander son los únicos hijos de Luna – dijo Harry.
– Estoy embarazada. – dijo Ginny.

Harry se quedó paralizado. ¿Sería eso una señal? Una vida se había perdido y otra nacería en un futuro.

Después del funeral y al regresar a Grimmauld Place, Harry sintió que Ginny iba a tener finalmente una hija (puesto que los otros dos eran varones, Al y James). Decidió que el nombre de la niña debía de ser Lily Luna, el nombre de las dos mujeres que más amó en su vida.

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