Por: Phanny Salazar
Hace solo dos meses que Voldemort fue vencido, muchas personas pelearon y muchas murieron, personas valientes que dieron sus vidas para un futuro mejor. Entre ellos se encontraba Fred. George, el hermano gemelo de Fred, no podÃa creer que ahora en adelante mirarÃa a su lado y verÃa… nada, solo un espacio vacÃo donde deberÃa estar su hermano.
Estaba inconsolable, no querÃa hablar con nadie, no salÃa de su cuarto, solo querÃa estar el y su soledad, sin que nadie tratara de consolarlo o decirles palabras lindas, no, nadie sabia lo que el sentÃa, solo querÃa soledad.
En esos momentos, en la Madriguera, estaban pasando el verano Harry y Hermione, se sentÃan un poco incómodos ya que toda la familia estaba de luto, de vez en cuando se oÃa algún chillido proveniente de la Sra. Weasley, pero la mayorÃa del tiempo la casa y sus habitantes se encontraban en silencio.
Era la hora de la comida y se podÃa ver como la Sra. Weasley dejaba caer unas lágrimas sobre la sopa que servia en unos tazones.
-Yo puedo subir a dejarle la comida a George, Sra. Weasley- dice Hermione mientras se levantaba de su asiento.
-Si querida te lo agradezco mucho- le decÃa la madre de Ron mientras depositaba sobre las manos de la castaña la charola de la comida.
Mientras subÃa las escaleras, Hermione logro ver como la Sra. Weasley se limpiaba las lágrimas que quedaban en su pálido rostro.
Hermione llego a la puerta de la habitación de George, con los nudillos toco tres veces, pero nadie le contesto, creyó que estarÃa dormido, asà que abrió la puerta y entro en la habitación.
Estaba en un error al creer que encontrarÃa a George acostado y dormido, el se encontraba sentado en la cama con la frente pegada al cristal de la ventana, con la mirada perdida en algún punto del cielo.
Hermione dejo la charola en la mesa que se encontraba a un lado de la puerta, se acerca al chico, este se voltea y sigue con la mirada a la castaña, ve como se acerca a el, como se sienta a su lado y acto seguido siente los brazos de Hermione rodeándole el cuerpo, él cerro los ojos y se recostó en el hombro de la chica, soltó unas lágrimas, y ahà se quedaron, el desahogándose y ella consolándolo, ella sabia que un abrazo valdrÃa más que mil palabras de consuelo.
Se quedaron asà unos minutos, después el se despejo y con un hilo de voz dice- gracias Hermione, pero si no te importa me gustarÃa estar solo-
-Lo siento George, pero no me iré, me quedare aquà contigo…-
-Pero Hermi…-
-No me interrumpas… no te diré nada, solo estaré aquà haciéndote compañÃa, no puedes pasar el resto de tu vida aquà encerrado-
-Claro que puedo, ya llevo dos meses, y puedo pasar toda mi vida… asà que vete por favor-
George regreso a su antigua posición, con la frente en la ventana, y se quedo ahÃ, Pero Hermione no movió ni un solo músculo, solo se quedo ahà a lado suyo, haciéndole compañÃa a la soledad del pelirrojo.
El noto aun la presencia de la chica, asà que una vez más despejo su frente del cristal, la observo pero no dijo nada, ella le regreso la mirada, se quedaron unos minutos en silencio, hasta que el rompió el silencio -¿Por qué estas aqu�-
-¿Acaso no te has dado cuenta de mis sentimientos, tantos veranos juntos, tantos años en la misma casa y no te has dado cuenta?-
En un movimiento por acomodarse mejor en la cama, sus manos se juntaron involuntariamente, pero ninguno la aparto; Al fin las sospechas de George se hacÃan verÃdicas, Hubo momentos en Hogwarts, cuando su hermano todavÃa estaba con el, donde sentÃa que alguien lo observaba a distancia, y al buscar esa mirada se topaba con los hermosos ojos castaños de Hermione, -“pero ahora no s un buen momento para pensar esoâ€-se dijo para si mismo
Ella miraba sus ojos, no sabÃa en que pensaba, solo lograba ver su tristeza; No aguantaba el silencio que habÃa en el cuarto, sintió un impulso, se acerco más a él, sin despegar su mano de la de él, estaba invadiendo el espacio vital del pelirrojo, no le importo, cerro los ojos, acaricio los labios de Fred con los suyos, era un momento realmente mágico, para los dos, no habÃa muerte, ni silencios incómodos, solo ellos dos; hasta que…
-Querida porque no has baja…-La Sra. Weasley entro a la recamara interrumpiendo el beso, los chicos se separaron sonrojándose a tal grado de tener el tono del cabello de George.
-¡OH! Lo siento muchachos, yo mejor me retiro-
Se volvieron a quedar solos, pero el silencio habÃa dejado de ser incomodo, el se recargo en el hombro de la castaña, y ahà permanecieron con las manos entrelazadas, como sÃmbolo de su infinito amor.
comentarios