Y llegamos al capitulo número 145 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 dÃas estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capÃtulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El dÃa de hoy es el turno para el capitulo número 145 de la Serie de Harry Potter.
Harry Potter y el PrÃncipe Mestizo
CapÃtulo 13: El Enigma
Cuando Katie Bell fue trasladada al Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas, la historia del ataque hacia su persona ya se habÃa esparcido por todo el colegio. Harry aprovechó la situación para recordar a sus amigos su teorÃa sobre «Malfoy es mortÃfago».
El lunes por la noche, a las 8 en punto, Harry se presentó en la oficina de Dumbledore. No habÃa recibido noticias acerca de una posible vuelta de Dumbledore al colegio pero, como tampoco habÃa algo que le indicara que no habÃa regresado, decidió asistir a sus clases particulares. Dumbledore, como pensaba, estaba de vuelta en Hogwarts.
Harry le preguntó a Albus sobre el estado de Katie, a lo que el anciano director contestó que, a pesar de no encontrarse en el mejor de los estados, fue bastante afortunada, pues podrÃa haber padecido una súbita muerte.
Harry intenta saber qué es lo que el director hizo durante su ausencia, pero Dumbledore dice que preferirÃa decÃrselo a su debido tiempo. El adolescente pregunta, entonces, si habÃa escuchado las sospechas que él le habÃa conferido a McGonagall, que estaban basadas, obviamente, en Draco Malfoy. Albus, serenamente, le dice que sÃ, y que investigará a todo aquél que pueda tener alguna relación con el ataque a Katie Bell, pero que en ese momento lo único que interesaba eran las lecciones particulares.
Dumbledore le cuenta que, por la evidencia que habÃa podido obtener, hacia el final de su embarazo Merope Gaunt se encontraba en Londres con una gran necesidad de oro, lo suficientemente fuerte como para vender su única posesión: el relicario de Slytherin. Dijo, además, que creÃa -y aseguraba estar en lo cierto- que Merope, después de ser dejada por el padre de su hijo, decidió no volver a utilizar magia, incluso cuando podrÃa haber salvado su vida, siento ésta la explicación de por qué habÃa muerto después del parto. Después de esto, Harry y Dumbledore se sumergieron en el pensadero, que contenÃa en ese momento un viejo recuerdo de Albus.
En el recuerdo Dumbledore tenÃa barba y cabellos castaños, y estaba cruzando la calle sobre el áspero pavimento. Harry y el Dumbledore actual siguieron al joven Albus hasta que se detuvo frente a un cuadrado y sombrÃo edificio, y, acto seguido, llamó a la puerta. Fue atendido por una niña de aspecto sucio que, al saber que Dumbledore venÃa por una cita con una tal Señora Cole, lo dejó pasar.
Dumbledore dijo que venÃa a ver a un chico llamado Tom Riddle. No mintió al decir que no era familiar, y tampoco lo hizo al decir el nombre del colegio del cual era maestro, aunque, por supuesto, no especificó nada que pudiera alarmar a la señora Cole. Sólo le dijo que Tom tenÃa un lugar en aquel colegio llamado Hogwarts prácticamente desde que habÃa nacido.
Aunque la señora Cole elegÃa con cuidado sus preguntas, comenzó a ablandarse después de varias medidas de ginebra. Dumbledore aprovechó la situación con inteligencia y le pidió que le contara la verdadera historia de Tom Riddle.
La señora Cole dijo que, en una noche muy frÃa y cruda, una mujer embarazada y harapienta llegó al orfanato. Ella la dejó pasar y la mujer, que era en realidad Merope, parió a Tom Riddle en menos de una hora, y murió a la hora siguiente. También dijo que, antes de morir, pidió que el chico se llamara Tom, por su padre, y Marvolo, por el padre de ella. Contó, además, que Tom fue extraño desde que nació. Nunca lloraba cuando bebé, y al crecer comenzó a causar terror entre los demás niños del orfanato, a quienes aparentemente amenazaba.
La señora Cole empezó a relatar una serie de sucesos misteriosos y terribles, como, por ejemplo, que en un verano en que las autoridades del orfanato llevaron a los internos de paseo, Tom y dos huérfanos más fueron a explorar una cueva… los niños que acompañaron a Tom jamás volvieron a ser los mismos.
La señora Cole se levantó por fin, y Dumbledore la imitó. Recorrieron una parte del edificio hasta que la mujer indicó la habitación exacta donde estaba Tom y se retiró, para dejar a Harry y a los dos Dumbledores solos con el niño.
Al principio, Tom creyó que su visitante era un médico que venÃa a revisarlo, asà que se resistió a prestarle una hospitalidad decente. Cuando Dumbledore le dijo que era profesor de un colegio que lo recibirÃa, Tom pareció asustarse, se levantó de la cama y se alejó tanto como pudo.
Pero no le costó mucho a Dumbledore convencerlo. Ni bien la frase «escuela de magia» salió de su boca, el niño mostró un gran interés, y bajó notablemente las defensas. Le contó a su visitante que podÃa hacer que cosas pequeñas se movieran sin siquiera tocarlas, que podÃa hacerle daño a la gente. «Puedo lastimarlos si quiero». Sin embargo, antes de aceptar la propuesta de ir a Hogwarts, Tom pidió que Dumbledore le demostrara que él podÃa hacer magia, y el joven profesor lo complació: el armario que habÃa en la habitación, sin aviso previo, comenzó a incendiarse; pero cuando Dumbledore lo dispuso las llamas se desvanecieron, antes la asombrada mirada de Tom, dejando el mueble sin daño alguno.
Dumbledore le explicó a Tom que deberÃa comprar los libros y demás útiles que utilizarÃa en Hogwarts y que, a pesar de estar al tanto de que no tenÃa dinero, existÃa una fundación en Hogwarts que disponÃa de fondos para ayudar a estudiantes necesitados. Tom preguntó si Dumbledore lo acompañarÃa al Callejón Diagon, en Londres, y el profesor contestó que sólo irÃa si él querÃa. Tom, sorprendentemente para su edad, dijo que irÃa solo.
Antes de irse, Dumbledore le ordenó que devolviera a sus antiguos dueños los objetos que habÃa dentro de una caja, guardada en el armario. Entre estas reliquias habÃa un yo-yo y una armónica, entre otras tantas cosas. El joven profesor, entonces, le dio la mano, y fue ahÃ, mientras se saludaban, cuando Tom le confesó que podÃa hablar con las serpientes, lo que dejó a su nuevo confidente bastante asombrado.
Harry y Dumbledore salieron del recuerdo. Dumbledore dijo que, si bien le sorprendió lo desarrollados que estaban los poderes mágicos de Tom, lo que más le preocupó fue su inclinación hacia la maldad, la crueldad, el uso de su magia para amenazar y castigar. Y también dijo a Harry que prestara especial atención a un detalle que serÃa muy importante en un cercano futuro: le gustaba coleccionar objetos obtenidos por sus actos de maldad.
Cuando se estaba retirando, Harry cayó en la cuenta de que el anillo de los Gaunt ya no estaba donde lo habÃa estado la última vez. «El anillo ya no está», dijo Harry, «pensé que usted tendrÃa la armónica o alguna otra cosa».
«Muy astuto Harry», contestó Dumbledore, «pero la armónica era sólo una armónica».
Y con esta frase enigmática dando vueltas por su cabeza, Harry se fue a dormir.