Por: Dana RodrÃguez
Capitulo 1.
La Madriguera
«Es increÃble que nunca me haya dado cuenta del ruido que hace la locomotora, tal vez porque nunca venia solo, completamente solo en el tren.» pensaba Ted Lupin mientras se dirigÃa camino a La Madriguera a reunirse con su padrino y otros miembros de la familia, para las vacaciones de Navidad.
Llevaba aproximadamente 3 horas viaje a bordo de El Expreso de Hogwarts, iba en un compartimiento solo, a excepción de un alumno de primer año de Slytherin con quien Ted no tenia ninguna intención de hablar, incluso llevaban ya 40 minutos que se habÃa dormido aquel muchacho.
El silencio en el compartimiento ampliaba considerablemente el que hacia la locomotora, cosa que irritaba bastante a Ted. El realmente hubiera preferido quedarse en Hogwarts con su amiga Anatide, o incluso, aunque era algo imposible, ir a Francia con Victoire Weasley, quien de no haber sido porque su madre, Fleur, quiso pasar las vacaciones con su familia francesa, estarÃa sentada junto a él camino a La Madriguera.
A estas alturas del viaje se encontraba ya bastante irritado y fastidiado, y en estas ocasiones su cabello se tintura de negro profundo, y se pintaban unas moradas ojeras bajo sus ojos.
Comenzaba a desesperarse realmente, Ya lo habÃa intentado todo; habÃa salido de su compartimiento a buscar a alguien con quien hablar un rato, pero, increÃblemente el tren estaba prácticamente vació, y la mayorÃa de quienes lo ocupaban eran de primer y segundo año, y Ted ya iba en sexto año; habÃa intentado entablar una conversación con la señora de las golosinas, pero esta se mostraba extrañamente conmocionada porque aun no habÃan sacado su cromo en las ranas de chocolate, tema por el cual Ted era incapaz de sentir interés; incluso habÃa intentado aprender un truco de cartas muggle para impresionar a Arthur, el señor Weasley, quien se sentÃa muy atraÃdo hacia los muggles y sus “artefactosâ€.
Finalmente decidió que lo único que podrÃa hacer hasta llegar a La Madriguera seria dormir. «si tan solo esa locomotora no hiciera tanto ruido».
Finalmente empezó a divisarse la puesta del sol a través de la ventana del compartimiento y Ted se durmió profundamente. Se despertó en una o dos ocasiones para comer algo, estirar las piernas e incluso adoptar el rostro de alguien diferente para hacer un par de bromas, pero aparte de eso durmió durante todo el viaje de ida. Despertó súbitamente debido a fuerte tronar de la locomotora que anunciaba el fin del viaje.
Cuando despertó ya no estaba el muchacho de Slytherin, asà que se apresuro a recoger su baúl y salir del tren. Cuando estuvo abajo, en la plataforma 9 ¾ pudo divisar a lo lejos la brillante cabellera de Ron, el mejor amigo de su padrino. Sin perder tiempo se dirigió hasta ellos. Cuando llegó estaban allà reunidos, Harry, Ginny, Ron, Hermione, Hugo, Rose, James, Albus y Lily, solo faltaba él.
Fue bien recibido por todos, en especial por Lily a quien todavÃa le faltaban varios años para entrar a Hogwarts y se ponÃa siempre muy triste cuando él y sus hermanos debÃan partir al colegio.
Se dirigieron a La Madriguera mediante la red Flu.
La noche de Navidad, tras haberse reunido todos a comer, Ted se dirigÃa al patio a jugar Quidditch con James, Roxanne y Hugo, cuando oyó que Molly decÃa:
-Es una lastima que no hayan podido venir Bill y Fleur y los adorables Louis, Dominique y Victoire.
-Seguro que si, pero han de estar perfectamente en Francia, después de todo es un lugar encantador.- dijo Angelina.
-Como su antigua casa, recuerdan? El Refugio- comentó George
-Que ha sucedido con esa casa?- preguntó Ron
-Bueno, tuvieron que mudarse de allÃ- explicó Arthur- Tras la caÃda de Voldemort el Ministerio dejó de implementar a los dementores en Azkaban, y dado que no puedes matarlos tuvieron que aislarlos, por desgracia en una zona cercana al El Refugio.
-Se volvió una zona completamente desvalorada, no se en que estaba pensado Kingsley- dijo Molly con lastima mientras servia unas patatas en el plato de Ron.
«DÃganmelo a mi, no se imaginan lo mal que lo pasé sin ellos» pensaba Ted mientras cerraba la puerta tras de si.
El partido resulto ser bastante interesante, los equipos se dividieron en Hugo con James y Ted con Roxanne. Ted en realidad se sentÃa jugando solo ya que Roxanne no era muy buena en el juego y solo accedió participar porque nadie mas quiso hacerlo, sin embargo al final resultó ser ella quien marco el punto que les dio la victoria.
Tras varios dÃas en La Madriguera, jugando al Quidditch, ajedrez y haciendo bromas a los muggles cercanos junto con James, finalmente regresaron a Hogwarts.
Se encontraba sentado en un compartimiento, aunque esta vez no iba solo, sino con James y Albus, y asà no la pasaba tan mal, al menos hasta que los dos hermanos se durmieron. Ahà estaba, sentado en la oscuridad, el silencio y el “arrullador†susurro de la locomotora inundando toda la pequeña habitación. Estaba a punto de dormirse cuando, por las ventanas del compartimiento vio pasar una cabellera rubia bastante conocida. Se levantó rápidamente de su asiento, abrió la puerta y al instante la dueña de la cabellera se giró. Ted se llevó la agradable sorpresa de encontrase rostro a rostro con Victoire Weasley, la persona que más querÃa ver. Victoire tenia la peculiaridad de ser la primera Weasley de cabello rubio, y la primera Weasley en Ravenclaw.
-Teddy!- gritó ella y corrió a abrazarlo.
Lo único que Ted pudo hacer en ese momento fue cerrar los ojos y disfrutar ese momento que habÃa anhelado desde la ultima vez que sintió su tacto cuando se despidieron en Hogwarts.
Tras un tiempo que parecÃa interminable para Ted, y en el que su cabello se torno dorado brillante, se separaron y durante una fracción de segundo se miraron a los ojos, Ted no tenia ni idea del color que tuvieran los suyos tras tan agradable sorpresa, y se dispusieron entablar una larga conversación.
-Me encanta Francia!- comento ella- no iba desde muy pequeña asà que no recordaba lo hermosa que es, pero me siento feliz de estar de vuelta.
-Me alegra que te divirtieras… yo por mi parte tuve unas interesantes vacaciones en La Madriguera.- Ted relató todo lo sucedido durante su estadÃa en la casa, y ella también relató su historia. Transcurrió un largo tiempo en el que ambos se contaron sus aventuras, en una ocasión Victoire comento que desde que se subió al tren aquella mañana habÃa estado buscando a Ted, pero no lo encontró. Nadie hablo luego. Ted comenzó a ponerse algo nervioso, no sabia por que, pero se sentÃa diferente de hace un par de segundos, su respiración se volvÃa mas agitada, la de Victoire también. La oÃa respirar, la tenia cada vez mas cerca, se acercaban lentamente, solo un par de centÃmetros mas, ansiaba probar sus labios, ya tan cerca de el…..
-Victoire, eres tu?- preguntó una voz adormilada desde un punto exterior a ellos, se separaron rápidamente y ambos enrojecieron violentamente.
-Hola James- contesto ella- que gusto verte.
-Me pareció escuchar voces, solo vine a ver que era, volveré a dormir -contesto él- Adiós Victoire, Ted.
Tras decir esto se retiró de nuevo al interior del compartimiento.
-Será mejor que vuelva a mi compartimiento- dijo ella, plantó un beso en la mejilla del muchacho y se fue.
Estuvo tan cerca, sintió una rabia incontrolable hacia su primo, su cabello se torno rojo brillante y sus mejillas hasta ahora perdÃan el color. Permaneció unos segundos afuera, viendo a Victoire alejarse lentamente. Tras un momento se dirigió de vuelta al interior del compartimiento. No pudo dormir bien, los pensamientos desbordaban en su mente. ¿Que habÃa pasado? ¿Desde cuando le gustaba Victoire? ¿Desde cuando el le gustaba a ella? ¿En realidad le gustaba? Y la mas frecuente de todas ¿Que va a pasar ahora?
Capitulo 2.
Quidditch y sorpresas
A las pocas horas llegaron a Hogsmeade; ya todos cambiados con sus túnicas, bajaron del tren y se dirigieron a las carrozas que los llevarÃan hasta el colegio. Ted se fue junto con James y Albus, y evitaba estar con Victoire hasta que se hubieran reunido con Anatide en el Gran Comedor. Un tiempo después llegaron a las grandes puertas de roble tan conocidas para ellos, y se adentraron en el castillo. Las mesas aun estaban casi vaciás pues los estudiantes hasta ahora llegaban, pero desde lo lejos se distinguÃa una muchacha sentada a la mesa de Ravenclaw, de cabello corto y negro, una lata figura; Anatide Silver. Junto a ella ya se encontraba Victoire, ellas eran mejores amigas y compartÃan casi todas sus clases.
Ted pasó junto a ellas y saludó con un fuerte abrazo a Anatide, para luego dirigirse a la mesa de Gryffindor, la casa a la que pertenecÃa
Como siempre se llevo a cabo un espectacular banquete justo después de las agradables palabras de bienvenida del director. IncreÃblemente Ted no tenia casi apetito ya que habÃa pasado todas las vacaciones con la señora Weasley diciéndole lo flaco que estaba y embutiendole comida.
Tras comer apenas lo necesario se reunió con sus dos amigas en los terrenos del castillo cerca al lago, un lugar donde acostumbraban encostrarse.
Al principio Ted se sintió un poco presionado con la presencia de Victoire, pero al parecer el sentimiento no era mutuo, ella simplemente tomó lo acontecido en el tren como un acontecimiento sin casi importancia, aunque Ted nunca llegó a saberlo. Pasaron una agradable noche afuera, junto con muchos otros de los alumnos del colegio, hacia un clima delicioso. Primero escucharon la historia de Anatide, luego Ted escucho una vez más la historia de Victoire -aunque mas detalladamente esta vez- y volvió a relatar la suya.
Pasado un tiempo Ted se fue a la sala común de Gryffindor y Victoire y Anatide a la de Ravenclaw.
Al dÃa siguiente los tres amigos no tuvieron oportunidad de verse hasta la noche, después del entrenamiento de Quidditch de Anatide, en el cual Victoire estuvo presente observando a su amiga quien jugaba en la posición de golpeadora.
El entrenamiento no habÃa salido muy bien; en el ultimo partido antes de la vacaciones de fin de año, Lorcan, cazador del equipo, sufrió una fractura de cráneo producida porque el buscador del equipo de Slytherin, lo empujo de su escoba. Lorcan se encontraba en recuperación. Ya estaba bastante bien pero no lo suficiente como para jugar su próximo partido contra Gryffindor, equipo en cual Ted jugaba de buscador.
Para sustituir a Lorcan habÃan incluido en el equipo, temporalmente, a Eleanor Baddock, una estudiante de tercer año, quien durante el entrenamiento de esa noche habÃa intentado lanzar la quaffle al aro y accidentalmente le habÃa dado a la parte trasera de la escoba de Anatide, lo cual hizo que ella perdiera el equilibrio y se cayera de su escoba. Al ver lo que sucedÃa, Malcolm, el otro golpeador de su equipo, se posicionó justo debajo de ella logrando que cayera sobre su escoba, lo cual fue un acto heroico, pero solo logró que ambos se precipitaran rápidamente hacia el suelo. Ninguno de los dos sufrió graves heridas, pero tuvieron que pasar casi una hora en la enfermerÃa mientras la señora Pomfrey se encargaba de ellos, y no pudieron asistir al final de la práctica.
Después de que pudieron abandonar la enfermera Anatide y Victoire se dirigieron a la sala común. Allà estaban todos reunidos alrededor de un pequeño anuncio que habÃan colocado en la sala común de todas las casas aquella tarde. El pequeño pergamino anunciaba:
CLASES DE APARICIÓN
Si tienes diecisiete años o vas a cumplirlos antes
del 31 de Agosto, puedes apuntarte a un cursillo
de aparición de doce semanas dirigido por un
instructor de Aparición del Ministerio de Magia.
Se ruega a los interesados
que anoten sus nombre en la lista.
Precio: 12 galeones.
La noticia conmocionó a todos los estudiantes de sexto año, aunque a Victoire y a Anatide les faltaba un año aun. Tras leer el pergamino con la noticia la dos amigas salieron de su sala común y se dirigieron al Gran Comedor donde se encontraron con Ted, quien si tenia la edad necesaria, y luego se dirigieron a los terrenos.
-Es genial- dijo él-, acabo de enviar una lechuza con la noticia a mi padrino, espero que me responda pronto.
-Eres muy afortunado en tener la edad,- dijo Victoire.- A nosotras aun nos falta un año.
-Y esa noticia en realidad no mejora mi dÃa- dijo Anatide
-Que le pasa?- preguntó Ted a Victoire en voz baja.
-Ha tenido un pequeño incidente en el entrenamiento de Quidditch.
-Pequeño incidente?!- repitió Anatide con desesperación.- Estoy segura que esa Baddock me tiró de mi escoba a propósito!, nunca me ha caÃdo bien y sospechaba que yo tampoco a ella, y desde que ingresó al equipo confirmé mis sospechas. No hemos jugado ningún partido con ella, pero en los entrenamientos es terrible, estoy segura que nos hará perder el próximo partido, y el próximo, y el próximo… hasta que se recupere Lorcan.
-Asà que aun sigue en recuperación?- pregunto Ted de manera irónica- esas son buenas noticias para nuestro equipo, era uno de los mejores jugadores de Ravenclaw.
-Espero que este bien pronto, y asà recuperaremos todo el tiempo perdido.- comentó Victoire.
-Pues si perdemos el próximo partido contra Gryffindor y luego perdemos o empatamos contra Slytherin ya no tendremos oportunidad de ganar la copa. No se por qué la eligieron, fueron mejores personas a las convocatorias- comentó Anatide con amargura.
-Creo que puede tener algo que ver con que es la prima del capitán de su equipo.- Añadió Ted
-Basta, ya no lo soporto, me iré a dormir, espero mañana tener un mejor dÃa. -dijo Anatide mientras se levantaba.- Buenas noches.- luego de decir esto se alejó hacia el interior del castillo. Tras una corta pausa Ted dijo:
-En verdad esta muy enojada, verdad?-
-La ha pasado terriblemente, tuvo que estar casi una hora en la enfermarÃa- respondió Victoire- y ya sabes como la deprime ese lugar.
Durante un tiempo nadie dijo nada mas, Ted habÃa caÃdo en cuenta que era la primera vez que se quedaba a solas con Victoire desde aquel dÃa en el tren, y la incertidumbre volvió a él. Luego Victoire, sacándolo de su ensimismamiento, dijo:
-Será mejor que también me valla, debo empezar a estudiar para los T.I.M.O.s- tras decir esto se levantó y se fue, y al poco tiempo Ted la imitó.
Capitulo 3.
Una extraña petición
A la mañana siguiente Anatide se levantó de buen humor, por suerte para Victoire, e insistió en ir a desayunar al Gran Comedor antes de dirigirse a clase de pociones, la cual las dos amigas consideraban la mejor de todas.
Cuando llegaron allà Ted corrió hacia ellas con una expresión de radiante felicidad y un cabello color fucsia prendido que atraÃa las miradas. El muchacho llevaba un pergamino en su mano.
-Ya me ha respondido!- dijo casi a gritos cuando se hubieron reunido.
-Quien?- preguntaron las dos muchachas a la vez.
-Harry, mi padrino – aclaró el muchacho- me ha enviado una carta diciendo que él me pagará los cursos de aparición, y que en los próximos dÃas me enviara el dinero!
-Eso es genial Teddy!- dijo Anatide- por cierto, sabes cuando comenzaran?
Pasaron algunas semanas hasta que Ted fue a su primera clase de aparición.
Anatide y Victoire lo esperaron ansiosas en la biblioteca, lugar al que Ted llegó cuando la tarde llegaba a su fin.
-Como te ha ido?- preguntaron las dos muchachas a la vez.
-Ha estado bien….- respondió el muchacho no muy animado.
-Solo bien?- preguntó Anatide
-Bueno, creà que seria algo diferente, al parecer aparecerse no es muy difÃcil, pero nos puso a intentarlo hoy mismo, nadie estaba preparado para ello y dos estudiantes sufrieron graves desparticiones.
-Que es una despartición?- preguntó Victoire.
-Es una separación involuntaria de alguna parte de tu cuerpo. Se da cuando no tienes suficiente concentración y decisión.- respondió Ted- El instructor no paro de repetirlo durante toda la lección.
-Y, exactamente que hicieron?- pregunto Victoire, quien, a diferencia de los demás, parecÃa sentirse cada mas interesada en la conversación.
-Pues, el director retiro los encantamientos anti-aparición del colegio, pero solo en los terrenos del colegio, y el instructor.. no recuerdo su nombre, nos puso a aparecernos desde la puerta del castillo hasta la cabaña de Hagrid. – dijo el muchacho- creo que fue algo exagerado para ser la primera clase.
-Pero exactamente como se aparecen.- insistió Victoire.
-Solo hay que concentrase en las tres “Dâ€,- respondió Ted un poco extrañado con el repentino interés de Victoire en el tema.- Destino, decisión, desenvoltura.
-Si nosotros no podemos aparecernos dentro del castillo, por que lo elfos si pueden?- preguntó de repente Anatide.
-La magia de los elfos es muy diferente a la de los magos, su prioridad es obedecer ordenes, asà que si les ordenas que se aparezcan pueden hacerlo.. donde sea.-explico Victoire.
-Una vez Harry me contó una historia- añadió Ted- de cuando lo atraparon a él, a Ron y a Hermione durante la segunda guerra. Los llevaron a la mansión Malfoy, donde hay un hechizo de anti-aparición, pero aun asà un elfo… Dobby, pudo aparecerse y luego desaparecerse con ellos en El Refugio, asà les salvo la vida.
-Que lugar es El Refugio?- preguntó Victoire, a quien la mención de aquel nombre habÃa causado un cosquilleo de inquietud, aunque ella no estaba segura por qué.
-No lo sabes?- pregunto Ted anonadado, pero al ver que la muchacha movÃa lentamente la cabeza en forma negativa se dispuso a explicar.- Bueno, durante las vacaciones, cuando estaba en La Madriguera, oà al señor Weasley decir que era la antigua casa donde vivÃan Bill, Fleur, tu y tus hermanos, y que tuvieron que mudarse de allà ya que para aislar a los dementores, al terminar la guerra, los instalaron en una zona cercana al lugar.
Victoire no respondió. Su reacción no fue en absoluto como Ted hubiera esperado. La muchacha permaneció en silencio durante mucho tiempo, los recuerdos brotaban en su mente, y las preguntas también. No se sentÃa exactamente bien, no sabia como habÃa podido olvidarlo, ahora lo recordaba con tanta claridad, sentÃa un deseo ferviente de visitar su antigua y probablemente abandonada casa.
-Y si durante una de las clases de aparición, aprovechando que se levantan los sortilegios de anti-aparición en el colegio, nos escabullimos los tres, nos aparecemos en El Refugio, y luego volvemos antes de que termine la clase?- Aquella propuesta que acababa de hacer Victoire paresia tan ridÃcula para sus amigos que no sabÃan si tomarla en broma o no, la miraron con extrañeza durante un tiempo hasta que Anatide rompió el silencio:
-Hablas en serio?
-Claro que si!- respondió la aludida.
-Victoire, eso es imposible.- hizo notar Ted
-No, no lo es. Es una perfecta oportunidad, no habrá otro momento mejor.
-Por que te interesa visitar esa casa?
-Pues fue mi primer hogar, yo nacà allÃ, mis hermanos nacieron allÃ, y solo con recordar aquel nombre, El Refugio, los recuerdos desbordan en mi, imagÃnense si estuviera allÃ?
-Olvidalo Victoire, tal vez después puedas visitar el lugar con tus padres.
-Eso seria imposible.- Se defendió ella
-Bueno, también es imposible que lo hagamos de esa manera.- Respondió Anatide
-Por favor! En verdad lo deseo.
-Dijimos que no, Victoire.- dijo Ted y el mismo sintió la autoridad e impaciencia en su propia voz.
-Bien, gracias.- dijo Victoire irónicamente, y tras esto abandonó la biblioteca con paso decidido.
Capitulo 4.
Una noticia importante
Ted y Anatide pensaron que Victoire seguirÃa enojada durante un largo tiempo, sin embargo a la mañana siguiente, se despertó de excelente humor y parecÃa como si no recordara su pequeña discusión de la noche anterior.
La muchacha habÃa estado meditando durante la noche, y habÃa llegado a la conclusión de que habÃa pedido algo muy grande y difÃcil a sus dos amigos, y decidió que no podÃa culparlos por su respuesta y por tanto ella no seguirÃa con su enojo, sin embargo no habÃa desistido de su plan ni tampoco de que sus dos amigos la acompañaran, esa idea seguÃa rondando en su cabeza y sabia que no podrÃa callarla hasta haberla llevado a cabo.
Las siguientes semanas corrieron rápidamente, Ted habÃa seguido asistiendo a sus clases de aparición y Victoire, disimuladamente, le sacaba todo tipo de útil información acerca de cómo aparecerse.
Los tres amigos ya no se veÃan muy a menudo ya que Victoire y Anatide pronto presentarÃan sus T.I.M.O.s y ocupaban la mayor parte del tiempo estudiando, mas los entrenamientos de Quidditch de Anatide y Ted y las clases de aparición, sin embargo se veÃan siempre que podÃan en lugares como el lago o incluso la biblioteca mientras alguno de ellos hacia sus deberes, estas ocasiones Victoire las aprovechaba para intentar convencer a sus amigos de que la acompañaran en su viaje al pasado, como ella lo llamaba, sin embargo los dos muchachos o cambiaban de parecer, por lo que Victoire decidió que lo que fuera hacer lo harÃa sola.
La tabla de Quidditch tenia posiciones favorables para Gryffindor y Slytherin, mientras que Ravenclaw y Hufflepuff se encontraban en las ultimas posiciones y solo faltaban dos partidos para cada equipo.
-Si queremos ganar la copa, o al menos no quedar en ultimo lugar, debemos ganar el siguiente partido contra Slytherin con al menos 70 puntos de ventaja, y el de Hufflepuff, solo debemos ganarlo o incluso empatarlo.- decÃa el capitán de el equipo de Ravenclaw durante su más reciente entrenamiento.
Por suerte para el equipo Lorcan ya se habÃa recuperado, justo a tiempo para los últimos partidos, los cuales eran los mas decisivos, y habÃan podido librarse de Eleanor de una buena vez.
Como Anatide habÃa pensado Eleanor les habÃa hecho perder el partido contra Gryffindor posicionando al equipo en tercer lugar y al de Gryffindor en segundo, detrás de Slytherin, quienes habÃan aplicado la estrategia de tumbar a los jugadores de sus escobas al equipo de Hufflepuff también.
El siguiente partido seria contra Slytherin y esta vez estaban decididos a no perder, por lo que habÃan acordado que si era necesario jugarÃan sucio como su oponente, pero solo si ellos lo hacÃan. Anatide y Malcolm habÃan tenido entrenamiento extra ya que los golpeadores eran la mayor defensa que tenÃan contra los abusones de Slytherin. Esto ocupaba gran parte del tiempo de Anatide.
Por su parte Victoire cada vez meditaba mas acerca del asunto de su viaje, el cual tenia planeado para la fecha de la ultima clase de aparición, incluso tenia preparada una forma de distraer a Anatide mientras ella se escabullÃa a los terrenos del castillo y se aparecÃa en El Refugio.
Respecto a Ted lo que mas ocupaba su tiempo, igual que a Anatide, eran los entrenamientos para el Quidditch, la tensión entre los Gryffindors aumentaba cada vez más debido a que a escasas semanas del fin del curso Gryffindor aun se posicionaba en segundo lugar, y esa casa no habÃa perdido la copa en años, aunque todo esto no lograba concentrar completamente a Ted en el juego, ya que cada vez se sentÃa mas confuso acerca de sus sentimientos por Victoire.
El fin del curso se acercaba y por fin llego la fecha del partido Ravenclaw-Slytherin, el cual tuvo un interesante desarrollo:
Al iniciar el partido Ravenclaw anoto 30 puntos seguidos, cosa que aturdió bastante a los miembros del otro equipo, pero tuvieron una rápida recuperación y pudieron anotar 40 puntos mientras Ravenclaw solo 10, empatando temporalmente a lo equipos. Luego Slytherin anoto otros 20 puntos, y al parecer el buscador de ese equipo diviso la snitch dorada, asà que Malcolm con toda su fuerza golpeo unabludger en dirección al él, la cual dio de llano contra la cara de uno de los golpeadores de ese equipo que habÃa intentado defender a u buscador, sin embargo desde el otro lado Anatide aprovechó la momentánea perdida de conciencia de un golpeador del otro equipo y bateó la bludger en dirección a la parte trasera de la escoba del buscador de Slytherin haciendo que perdiera el equilibrio y se precipitara al suelo justo como ella lo habÃa hecho «al menos algo aprendà de esa Baddock» pensó ella. Al tiempo que Anatide llevaba a cabo su maniobra los cazadores de Ravenclaw lograron anotar 20 puntos aprovechando la distracción de todos los miembros de Slytherin tras la caÃda de su buscador, todo el estadio rompió en vÃtores y aplausos, excepto por los alumnos de Slytherin. Justo en ese momento el buscador de Ravenclaw, quien también era el capitán del equipo, advirtió que la snitch dorada pasaba volando muy cerca de él , y tras perseguirla durante un tiempo logro atraparla, consiguiendo asà 150 puntos para Ravenclaw y acabando con el partido. Los miembros del equipo azul fueron aplaudidos por la mayorÃa de los estudiantes del colegio tras aquella histórica victoria contra Slytherin que acabó 210 a 60 y les consiguió la segunda posición detrás de Gryffindor.
La alegrÃa invadÃa los corazones de los tres amigos, ya que este partido habÃa sido muy favorable para los equipos de las dos casas, y habÃan dejado a Slytherin en tercera posición tras haber estado en la primera.
El tiempo siguió corriendo para pronto darle paso a una de las fechas mas confusas: 2 de Mayo.
En esta fecha se celebraba el cumpleaños de Victoire, pero a la vez el aniversario de muerte de los padres de Ted, de Fred y de lord Voldemort, por lo que Anatide no sabia si mostrarse contenta por su amiga o triste por su amigo. Ese año la fecha cayó un dÃa jueves. Durante la mañana Anatide estuvo con su amiga, en el desayuno y durante sus dos primeras clases. A la 1:30 de la tarde, Victoire partió para su clase de Runas Antiguas, una de las pocas que no compartÃa con Anatide, y ella se dispuso a buscar a Teddy.
En el camino se cruzó con un alumno de Gryffindor del mismo curso que su amigo, pero al preguntarle si lo habÃa visto recibió como repuesta que no lo habÃa visto en ninguna de sus clases, tampoco en el dormitorio, en la sala común ni en el Gran Comedor.
A Anatide no le extrañaba este comportamiento, pero no podÃa evitar inquietarse un poco al respecto. Buscó a su amigo por todo el colegio; los baños, la biblioteca, los invernaderos, el linde del bosque prohibido, el campo de Quidditch y la torre de astronomÃa, pero no lo encontraba por ningún lado. Hacia el final de la tarde, cuando se disponÃa buscar salón por salón, se tropezó con él en uno de los pasadizos secretos del colegio. Su cabello, como de costumbre en estas situaciones, estaba de color gris opaco, se le veÃa bastante cansado e incluso se notaban una marcas de lagrimas que recorrÃan las mejillas del muchacho, quien apenas se percato con la llegada de la muchacha. Ella, sin decir palabra, se acercó a el y lo abrazó, lo sentÃa temblar y sollozar, y la escasa iluminación de aquel pasadizo hacÃa de su rostro algo aterrador, asà que las primeras palabras que pronunció desde su llegada fue “salgamos al lagoâ€. El muchacho accedió sin darle mucha importancia, no habÃa salido de aquel pasadizo desde las 9 de la mañana.
Juntos atravesaron el colegio camino a los terrenos del castillo. Para rematar las cosas era noche de luna llena, y Ted sentÃa aversión hacia el astro tras conocer que su padre fue un licantropo. Sin embargo aquella noche nada le importaba mucho. La luna se reflejaba en el lago de manera maravillosa. Se sentaron a la orilla de este y permanecieron en silencio durante un tiempo.
-No puedo dejar de pensar en cómo habrÃa sido mi vida si estuvieran aquÃ.- dijo Ted con melancolÃa.
-Ted, tus padres te amaban, aun lo hacen. Se que estarás bien.- respondió Anatide
-No eres muy buena en este tipo de situaciones sabias?- dijo Ted risueñamente y ambos rompieron a reÃr.
Entonces Ted sintió una suave mano que se posaba sobre su hombro seguido de un susurro en su oÃdo- sabÃa que estarÃas aquÃ.
Ted se volteó y vio el rostro de Victoire con una triste sonrisa grabada en el. Nuevamente comenzó a ponerse nervioso, asà que lo primero que pudo decir fue:
-Feliz cumpleaños, Vic.
-Gracias.- respondió ella- oye lamento mucho lo de tus padres… pero recuerda que me tienes aquà para apoyarte.
-Nos tienes, a las dos.- aclaró Anatide.
Nuevamente Ted rió ligeramente y entonces comprendió que no podrÃa tener mejores amigas.
-Gracias.-dijo él- aprecio mucho todo lo que hacen por mi.
-Eso es lo que hacen los amigos Teddy- dijo Anatide.
-O…. más que… solo… amigos.- dijo Victoire en un susurro apenas audible. Lentamente comenzó a acercarse a el, y el a ella, sentÃa otra vez como su respiración se agitaba, cerraron los ojos, sus narices se juntaron, estaban ya tan cerca que sentÃa el violento latido de su corazón, luego, el suave rose de sus labios ya casi por completo juntos…..
-Chicos!- gritó una voz varonil dese la entrada del castillo, los dos tardaron un minuto en reaccionar, pero igual de rápido se separaron, y por segunda vez ambos enrojecieron, y no podÃan apartar la vista el uno del otro.
-Miren esto!- decÃa Lorcan mientras se acercaba hacia ellos, el muchacho llevaba un papel en la mano. Se lo entregó a Victoire apenas hubo llegado junto a ellos.- Han puesto uno asà en cada sala común.
De repente la repentina rabia que sentÃa contra Lorcan por interrumpir ese momento, se extinguió y su corazón se lleno emoción.
El pequeño pergamino decÃa que la ultima visita del año al pueblo de Hogsmeade se llevarÃa a cabo el próximo sábado, es decir en dos dÃas. ¿Como no lo habÃa pensado antes? Hogsmeade! Era mejor aun para desaparecerse que durante las clases. Era su perfecta oportunidad.
Entregó el pequeño pergamino a Ted quien lo leyó pero no pareció emocionarse tanto como su amiga… de nuevo habÃa estado tan cerca, y de nuevo habÃan sido interrumpidos.
Con la llegada de Lorcan los tres amigos decidieron aplazar ese momento y se dirigieron al Gran Comedor donde se comieron una pequeña torta entre los tres para celebrar el cumpleaños de Victoire y pasaron el resto e la noche hablando juntos, hasta que tuvieron que irse a su sala común. Ted estaba considerablemente mas alegre y la más evidente prueba de ello era que su cabello ahora estaba color azul primario.
Capitulo 5.
El Refugio
Los tres esperaron con ansias la llegada del sábado, en especial Victoire, y decidieron ir los tres juntos al pueblo.
El dÃa llegó pronto, estaban todos a las puertas del castillo esperando que el celador recogiera los permisos para que se pudieran ir. Al poco rato abandonaron el colegio y se encaminaron a Hogsmeade, cuando estuvieron allà lo primero que hicieron, al igual que muchos otros, fue entrar a Las Tres Escobas por una cerveza de mantequilla. Ted y Anatide notaban que Victoire se comportaba de forma extraña, ansiosa, y en efecto asà era; esperaba con ansias el momento perfecto para escabullirse de sus dos amigos y llevar a cabo el plan que tramó durante tanto tiempo. El momento oportuno no tardó en llegar.
Los tres se dirigÃan a buscar una banca y un lugar tranquilo donde pudieran hablar tranquilamente, pero en el camino pasaron frente una tienda en cuyo mostrador se exibÃa la Saeta de Fuego 2.5, la que se suponÃa era la escoba mas dinámica y veloz de todos los tiempos. Tanto Anatide como Ted no pudieron evitar sentirse atraÃdos hacia la escoba y pensar seriamente en conseguirla bajo el argumento de que nadie los mejorarÃa en el Quidditch, Victoire, aprovechando el ensimismamiento de su dos amigos, dijo:
-Ya vuelvo, no me demoro.
Como ella supuso ninguno de sus amigos le prestó atención, pero al menos asà no podrÃan decirle que no les advirtió.
Se abrió paso por entre la multitud y siguió caminando hasta llegar al lugar mas retirado que encontró, entonces, siguiendo las instrucciones que Ted sin querer le habÃa dado, se concentro en las tres “D†«Destino, decisión, desenvoltura, destino, decisión, desenvoltura», fijó su destino, «El Refugio, El Refugio», giró sobre si misma y sintió aquella sensación de opresión en su pecho que casi no la dejaba respirar y, aunque ya estaba preparada para aquella sensación no lo estaba para lo que sucedió a continuación: Aterrizó fuertemente sobre la crecida y abandonada hierba, pero cayó al suelo boca abajo, al principio pensó que habÃa tenido éxito, pero al darse la vuelta para ponerse en pie apoyó su mano derecha donde antes habÃa apoyado su brazo izquierdo y sintió la hierba mojada, empapada con un liquido pegajoso color rojo oscuro; sangre.
Siguió el rastro del oscuro liquido; un delgado hilo de sangre cruzaba por encima de su pecho hasta llegar al otro lado, donde un charco de la misma sustancia se deslizaba a través de la alta hierba, miró a su alrededor en busca de aquello que fuera lo que estaba derramando sangre, paseó la mirada fugazmente por el abandonado patio y para su horror descubrió que la fuente del aterrador liquido iniciaba donde debÃa estar su brazo izquierdo. Por allà se escapa un grueso chorro de sangre cada vez mas a prisa: habÃa sufrido una despartición; aquella terrible separación de un miembro de su cuerpo; aquel terrible accidente del que Ted le habÃa advertido tantas veces. La constante perdida de sangre la debilitaba cada vez más, intentaba de nuevo girar sobre si misma, pero era inútil, lo único que lograba era debilitarse más debido al esfuerzo asà que cesó con sus intentos.
Cuando comenzaba a angustiarse realmente, a creerlo todo perdido, oyó un fuerte “crac!†justo enfrente de ella, con la poca fuerza que conservaba levantó un poco la cabeza y distinguió dos oscuras y borrosas figuras que se acercaban apresuradamente hacia ella y se arrodillaban a su lado. Una de ellas sacó su varita y pronunció un conjuro apenas audible. Al instante Victoire sintió que paraba de sangrar y luego sintió como la otra persona tomaba su brazo derecho y lo pasaba rodeando su cuello, intentando levantarla. Cuando estuvo lo suficientemente cerca Victoire reconoció un rostro conocido; Anatide. Supuso entonces que la otra persona debÃa de ser Teddy quien ahora también intentaba levantara. Sus dos amigos habÃan ido en su busca y Victoire sintió un gran cariño hacia los dos.
Desde aquel lugar se escuchaba el suave y arrullador susurro del mar, se notaba que en los tiempos en que era habitado aquel era un hermoso patio cubierto de flores, pero ahora el pasto alcanzaba los 35 cm de altura y la hierba y el moho trepaban por las paredes de la casa que se apreciaba al fondo,las cuales estaban sucias, manchadas y carcomidas, y las ventanas rotas. En una esquina del patio se apreciaba un montoncito de tierra cubierto de flores, con una piedra colocada a modo de lápida que rezaba:
“Aquà yace Dobby, un elfo libreâ€
Harry le habÃa hablado a Ted en diferentes ocasiones acerca de Dobby, el elfo que le habÃa salvado la vida, y si no fuera porque su amiga yacÃa en el suelo perdiendo sangre tras haber sufrido una despartición, se hubiera acercado y dedicado el tiempo necesario para observar aquella tumba y mostrado respeto por el elfo libre que habÃa muerto salvándole la vida a su padrino.
Se encontraban ya ambos amigos intentando levantar a Victoire, pero sus intentos se vieron ahogados por un repentino frió y un sentimiento de vació y desesperación que creció precipitadamente en su interior. Los tres amigos cayeron de rodillas al largo césped que amortiguó un poco el golpe, y justo en el momento en que se disponÃan a colocar a Victoire de nuevo en el suelo una alta figura encapuchada pasó volando sobre sus cabezas, y una fuerza invisible hizo que sus cuellos se doblaran en dirección a la criatura la cual volaba describiendo cÃrculos sobre sus cabezas haciendo que aquellos peores sentimientos y recuerdos acudieran a sus mentes tan claros como si fuera la primera vez. Al tiempo que la desesperanza se propagaba rápidamente en su interior, se asomaron, por los lados de la abandonada casa que se alzaba ante ellos, un grupo de aquellas temibles criaturas, haciendo que su cuerpo se inundara de frió, un frió inhumano, que alejaba rápidamente la felicidad y la esperanza de los tres amigos. Uno de los dementores se acercó a Victoire, quien era la mas afectada, y lentamente acercó sus esqueléticas y escalofriantes manos a la capucha que cubrÃa su cabeza y empezó a retirarla.
-Le dará el beso- murmuro Ted con las pocas fuerzas que conservaba y saco su varita.- Expecto Pratronum
Un has de luz plateada se desprendió de su varita, ahuyentando a los dementores, pero solo por un minuto hasta volver a desvanecerse.
Los dementores volvieron a acercarse a ellos y esta vez mas decididos, dos de las criaturas se acercaron a Victoire y a Ted y una vez más empezaron a retirar su capuchas a la vez que se acercaban más y más.
Anatide, de quien los dementores parecÃan haberse olvidado por un momento, se armó de valor, empuñó su varita y…
-Expecto Pratronum!-
Una gran e imponente figura voladora de color plateado brillante surgió de la varita de la chica; era un dragón. El patronus voló extendiendo sus alas con todo su esplendor y ahuyentando a los dementores, los cuales volaron lejos hasta perderse de vista.
Transcurrió un minuto en el que nadie dijo nada, todos recuperándose de lo acabado de suceder.
Ted y Anatide parecÃan estar muy de acuerdo en volver a Hogsmeade en ese mismo instante, pero Victoire deseaba quedarse a explorar su antigua casa.
-No vine hasta aquÃ, sufrà una despartición y fui atacada por dementores solo par irme sin aquello por lo que vine en primer lugar- dijo Victoire, y este comentario, aunque a regañadientes, hizo que sus dos amigos aceptaran quedarse.
Acordaron que echarÃan un rápido vistazo a la casa, mientras el patronus de Anatide seguÃa con ellos, describiendo cÃrculos alrededor de la casa para ahuyentar a los dementores. Asà lo hicieron.
Entraron a un pequeño vestÃbulo, aquella habÃa sido una bonita habitación pintada con colores claros, habÃa una alfombra, una chimenea y en ella todavÃa quedaban los restos de maderas que habÃan servido de leña años atrás.
Luego se dirigieron a una pequeña cocina que se encontraba al fondo de la pequeña sala, allà habÃa un fregadero bajo una ventana que daba al mar. Volvieron al vestÃbulo pero esta vez subieron por una pequeña escalera que llegaba al segundo piso. Subieron por la escalera y llegaron a un pequeño rellano en el que habÃa tres puertas. Entraron por una de ellas. La habitación tenia varias ventanas las cuales no daban al mar sino al jardÃn que bordeaba la parte superior de un acantilado, y desde allà Ted pudo ver la tumba de Dobby. La habitación estaba vaciá y cubierta de polvo, y al entrar allà descubrieron que ya habÃa oscurecido completamente.
Salieron de la habitación y esta vez entraron por la puerta que se encontraba justo al frente de la que acababan de abandonar, cruzando el pasillo.
Aquella habitación si tenia vista al mar, lo supieron al mirar por una de las ventanas, a pesar de estar todas ellas con las persianas corridas. La habitación no estaba del todo vaciá, bajo una ventana habÃa una cama sencilla, y entre ella y la pared una pequeña mesita de noche, dejando entre la cama y la pared un espacio de 70 cm aproximadamente.
La habitación estaba realmente oscura, y aun asà nadie intento abrir las persianas. Victoire reconocÃa la habitación; habÃa pertenecido a sus padres y la cama que reposaba en la esquina más alejada le habÃa pertenecido a ella.
Capitulo 6.
Habitante de la Oscuridad.
Se acercó lentamente para poderla contemplar mejor, sin embargo, tras dar un par de pasos, se quedó quieta con la vista fija en algo. Al ver su reacción los dos amigos se extrañaron, asà que Ted preguntó:
-Que es lo qu….-
-Shhh- interrumpió ella.
Los tres permanecieron callados durante un buen rato, hasta que sus amigos decidieron acercarse hacia ella para ver aquello que desde donde estaban no podÃan ver. Y, efectivamente, al acercarse pudieron distinguirlo. A los pies de la cama, se encontraba, acurrucada, una figura de una negrura mas penetrante aun que la de la habitación en general. Los tres amigos permanecieron de pie observando a la desconocida criatura la cual acababa de advertir su presencia.
La figura se desplegó alta y delgada, al principio oculta en la penumbra de la habitación, pero a medida que se acercaba quedaba ligeramente iluminada por al escasa luz que penetraba por las ventanas.
Lo que vieron los dejó perplejos; a medida que la figura se iluminaba, dejaba ver a una figura humana de rostro extrañamente conocido: Victoire. Era difÃcil de creer, pero aquella criatura era una copia de Victoire, aunque a primera vista era casi irreconocible; su rostro estaba pálido y ojeroso, su cabello deslucido y largo y le caÃa por el rostro y vestÃa solo harapos. Ted en un afán de proteger a sus dos amigas se interpuso entre Victoire y la escalofriante figura. Al instante pasó lo que menos se esperaban: la figura cambió de forma, se transformó en una brillante esfera bastante familiar: la luna. Ted, aunque sabia que habÃa heredado las habilidades de su madre, y no las de su padre, no podÃa evitar sentirse perturbado por la luna llena.
-Es un boggart!- gritó Anatide, y esta vez fue ella quien se interpuso entre Ted y el habitante de la oscuridad.
En ese momento la figura se transformó en lo peor que vieron en toda la noche.
Se apareció ante ellos la delgada y blanca figura desnuda de una niña. Se encontraba tumbada en el suelo aparentemente inconsciente y su mano reposaba sobre un charco de sangre cuyo origen era ella misma. Ademas un delgado hilo de la misma sustancia se escapaba de su boca, atrayendo la mirada a sus ojos blancos que no miraban nada en especifico.
-Riddikulus!- gritó Anatide.
Al instante la figura se transformó en algo gracioso, pero Anatide nunca tuvo oportunidad de saber que habÃa sido, ya que se desplomó contra una de las paredes, con las rodillas recogidas y la cabeza entre ellas mientras prorrumpÃa en lagrimas al tiempo que pronunciaba algo acerca de su hermanita enferma hospitalizada en San Mungo.
Sus dos amigos hicieron ademan de arrodillarse a consolarla, sin embargo no pudieron hacerlo, ya que esa conocida sensación de frió, vació, tristeza y desesperación volvió a encenderse en su interior.
En el momento en que Anatide habÃa pronunciado el hechizo contra el boggart habÃa soltado, aunque no intencionalmente, el patronus de dragón que hasta ese momento habÃa permanecido dando vueltas alrededor de la casa y protegiéndolos, asà que los dementores volvÃan a acercarse a los vulnerables amigos.
Solo tras comprender lo que sucedÃa Anatide se dispuso ponerse en pie junto a sus dos amigos, y utilizando la aparición conjunta lograron aparecerse en Hogsmeade antes de la llegada de los dementores.
Al llegar descubrieron que ya todos los estudiantes y profesores habÃan regresado a Hogwarts, sin advertir su ausencia. Los amigos hicieron lo único que podÃan; ir caminando hasta el colegio. El camino fue bastante silencioso, lo único que se escuchaba era el sonido de la grava crujiendo bajo sus pies, nadie se atrevÃa a decir nada. Los tres llevaban sus varitas encendidas, haciendo que sus rostros se vieran algo escalofriantes, sucios y se resaltaban las marcas de las lagrimas en el rostro de las dos muchachas. Pronto llegaron hasta el colegio y entonces Ted hizo aparecer un patronus el cual envió al profesor Neville para que fuera a buscarlos. Tras un momento de espera apareció a lo lejos la figura de una persona con un farol en la mano que se acercaba rápidamente hacia ellos. Cuando estuvo a poco menos de dos metros la luz del farol iluminó el rostro del profesor de herbologÃa. Sin decir palabra los dejo pasar y los acompañó por el pasillo camino a la enfermerÃa. Los cuatro ascendÃan en silencio por la escalinata de mármol cuando se atrevieron a decir palabra y explicar todo al profesor. Este se mostró bastante sorprendido por lo acontecido, y ,debido a que ahora el era el jefe de la casa de Gryffindor, le impuso a Ted un castigo de 2 semanas -no podÃa hacer nada a Anatide y Victoire ya que ellas pertenecÃan a Ravenclaw-, sin embargo se mostró bastante amable y comprensivo hasta llegar a la enfermerÃa, donde la señora Pomfrey se encargo de ellos.
Cada uno fue recostado en una cama, las tres consecutivas.
-Tómense esto, les ayudará a recuperarse- dijo la señora Pomfrey mientras le ofrecÃa a cada uno un trozo de chocolate.
Tras decir esto se fue a dormir a su habitación, dejando a los tres amigos a solas. Transcurrió una larga conversación entre los tres en la cual Victoire no paró de disculparse por su terquedad y explicó que la forma que habÃa adquirido el boggart era la de un inferius, que reflejaba su miedo a la muerte.
Al final de su conversación Victoire se levantó de su cama y fue a sentarse a los pies de la cama de Ted. Luego, inesperadamente, plantó un rápido beso en los labios de este, cuyo cabello al instante se tinturó de un rojo alegre, y lo devolvió contento, mientras Anatide ponÃa los ojos en blanco y se daba la vuelta en la cama, aunque evidentemente feliz.
-Bueno al menos algo bueno sacamos de todo esto- dijo Anatide irónicamente aun volteada tras una prudente pausa en la cual le pareció el momento oportuno para hablar.
A lo largo de la siguiente semana se llevaron a cabo los últimos partidos de Quidditch, y al final de la misma se anunciaron los resultados:
Al histórico partido Ravenclaw-Slytherin le siguió Gryffindor-Hufflepuff, en el cual Gryffindor ganó dejando la tabla de posiciones igual. Luego de ese siguió un Ravenclaw-Hufflepuff, en el que increÃblemente empataron, lo cual no afectó negativamente a Ravenclaw, pero logró subir una posición a Hufflepuff y por ultimo el histórico Gryffindor-Slytherin en el que Slytherin perdió, dejando la tabla de posiciones asÃ:
Gryffindor
Ravenclaw
Hufflepuff
Slytherin
Luego del banquete del final del curso, en el que se anunciaron los resultados, se llevó a cabo una gran fiesta, en la que solo hicieron falta los dolidos alumnos de Slytherin.
Llegado cierto punto de la fiesta Ted tomó a Victoire de la mano y la llevó a un rincón apartado de la habitación, posó suavemente su mano en el cuello de la muchacha y le dio un dulce beso.
-Entonces… se puede decir que estamos juntos ahora, cierto?- preguntó Victoire
-Si es lo que quieres- respondió Ted
-Desde hace meses….
Luego de eso la muchacha lo besó como nunca antes y como desde hace tanto ambos lo habÃan anhelado y el muchacho de cabello violeta se inundó de amor, emoción, y alegrÃa…