Entrevista de Tatler Magazine, Enero 08, 2006

Entrevista de Tatler Magazine, Enero 08, 2006

 

Vestida como una diva y posando como una estrella de Hollywood, J.K. Rowling habla como una niña al mostrar sus mayores miedos: la muerte y la fama. La creadora del aprendiz de mago Harry Potter, que ha vendido 300 millones de libros en 63 países, lo cuenta en exclusiva a la revista Tatler.

Aunque mantiene una página web para comunicarse con sus lectores, Rowling rara vez se refiere a su vida personal. A los 40 años, desvela que su genial criatura nació el día en que murió su madre, Anne, con tan sólo 45 años y afectada de esclerosis múltiple. «Sé que estaba escribiendo a Harry Potter en el momento en que murió mi madre, ahí nació. Nunca le había dicho nada acerca de él», señala al referirse al día de Año Nuevo de 1991, cuando, con 25 años, recibió la llamada de teléfono de su padre informándola del fallecimiento de su madre tras 10 años de lucha contra la enfermedad.

«Casi no pasa un día en que no piense en ella. Habría tantas cosas que contarle, demasiadas, sería imposible», dice Rowling, quien siguió escribiendo a pesar de ser madre soltera sin trabajo y tener que sobrevivir junto a su hija Jessica con 100 euros a la semana. Ahora, la autora tiene una fortuna estimada en 725 millones de euros y casa en Edimburgo, Londres y Perth. Casada en segundas nupcias con un médico de cabecera, ha tenido otros dos niños, David, de dos años, y Mackenzie, de nueve meses.

A pesar de las glamourosas imágenes que acompañan a la entrevista, Rowling rompe a llorar cuando habla de su madre, y reconoce que no ha superado su muerte. Por eso decidió que Harry Potter sería un niño huérfano: «Mis libros se refieren sobre todo a la muerte.Comienzan con la muerte de los padres de Harry. Luego está la obsesión de Voldemort por conquistar la muerte y su búsqueda de la inmortalidad a cualquier precio. El objetivo de cualquier persona con magia. Entiendo tan bien por qué Voldemort quiere conquistar la muerte… Todos estamos obsesionados con ella».También, por primera vez, Rowling reconoce cómo ella, una persona totalmente anónima que nunca conoció a alguien famoso, sufrió cuando le llegó el turno. «Nunca he dicho esto antes, pero con frecuencia me preguntaba: ‘¿Cómo estás llevando esto?’ Y yo contestaba: ‘Bien’. Me estaba mintiendo a mí misma. En realidad, era como si hubiera estado viviendo debajo de una roca por mucho tiempo y de repente alguien levantó la roca y puso una lámpara sobre de mí».

«Y no es que la vida debajo de la roca era terrible, pero la verdad es que estaba paralizada y no sabía cómo manejarlo», agrega Rowling, quien subraya que sigue siendo una mujer que cuida sus gastos pesar del enorme éxito financiero que ha tenido, y que la ha colocado en las listas de los más ricos por delante de la reina Isabel II: «Siempre tengo una suma en la cabeza por encima de la cual no paso».

En la entrevista, eso sí, confiesa su debilidad por los bolsos y los zapatos: «No me voy a quejar de tener dinero. Ni un segundo.Si alguna vez has tenido que preocuparte por llegar a final de semana, nunca más volverás a quejarte por tener dinero. Te permite vivir sin preocupaciones, viajar y ayudar a la gente. Yo estoy agradecida por ello cada día». Pero insiste en que es comedida.Como ejemplo, dice que hace poco se compró unos pendientes en la carísima calle New Bond de Londres y que a continuación entregó la misma cantidad de dinero a una obra benéfica.

Como la que planea en Escocia el próximo 17 de marzo, para recaudar fondos contra la esclerosis múltiple. Será un baile de máscaras en el castillo de Stirling, y los asistentes tendrán que participar en una búsqueda del tesoro con pistas establecidas por la propia Rowling, quien ya ha finalizado su séptimo y último libro de Harry Potter. En la entrevista revela que ya está en la caja fuerte, y también que su marido conoce el contenido. En él, mueren malos y buenos: «No hagas eso, me dice Neil [su marido] cuando le cuento que he matado a un personaje que le gusta».

Comentarios

comentarios