[Como muchos deben saber, a mà me gusta escribir fanfics de Harry Potter. Hoy decidà escribir una pequeña viñeta sobre cómo imagino que habrá sido el nacimiento de Albus, el segundo hijo de nuestro héroe. Esta historia contiene spoilers del séptimo libro, asà que si no lo leyeron, no la lean. Espero que les guste.]
Ginny Potter comenzó a sentir sus primeras contracciones en la madrugada del diecisiete de marzo de 2006. Si bien era su segundo parto, no por eso dejó de sentirse alarmada y despertó a su marido Harry con un sacudón más violento de lo normal (Harry siempre precisaba ser sacudido para despertarse).
A pesar de que ya habÃan planificado todos los pasos durante los meses y semanas previas y de que ya tenÃan la experiencia del nacimiento de su primer hijo James, los Potter se pusieron muy nerviosos. Mediante la red Flu, Harry convocó en primer lugar a la medibruja que habÃa ayudado a Ginny a dar a luz a James y con la que se habÃan puesto de acuerdo para que tuviese el mismo papel en este segundo parto. Esta era nada más y nada menos que Cho Chang. Poco después de la guerra habÃa abandonado sus absurdas esperanzas de reconquistar a Harry y habÃa conocido a un profesor de Historia muggle aparentemente más capaz de hacerla feliz que el Chico Que Vivió. Con el tiempo, habÃa aprendido a llevarse sorprendentemente bien con su ex novio, y el haber ayudado a Ginny a traer al mundo a su primogénito habÃa conseguido que ambas mujeres se hicieran muy amigas. Lo primero que hizo Cho al llegar al número doce de Grimmauld Place, no obstante, fue expulsar más o menos cortesmente a Harry del dormitorio que habÃa sido de los padres de Sirius Black.
El joven Auror bajó a la sala de estar y allà recibió a sus suegros Arthur y Molly, muy entusiasmados por el inminente nacimiento de su nuevo nieto. Ellos habÃan sido los segundos en saber después de Cho, y se habÃan ocupado de notificar al resto de la familia, y poco a poco la antigua casa de los Black se fue llenando de gente. Ron y Hermione -que estaba en los últimos dos meses de su primer embarazo- se Aparecieron en la puerta de la casa, seguidos por Bill, Fleur y su preciosa hijita Victoire, de seis años. Charlie llegó acompañado por Percy y su esposa. Los últimos Weasley en llegar fueron George y Angelina.
Si bien Molly y Harry habÃan insistido en que les permitieran entrar al dormitorio, Cho se habÃa mostrado inflexible, diciéndoles que solamente autorizarÃa al padre a presenciar el parto cuando llegase el momento. Consumido por el nerviosismo, Harry bajó nuevamente a la sala de estar, pero la presencia de toda esa multitud (a la que se habÃan incorporado Luna y Rolf Scamander, Neville y Hannah Longbottom y Hagrid) le pareció apabullante, de modo que se refugió en el cuarto de James. El niño de dos años dormÃa, totalmente ajeno al revuelo que estaba causando su hermanito nonato, y Harry no pudo evitar contagiarse de aquella tranquilidad. Se quedó observando a su hijo durante un largo rato, hasta que su ahijado Teddy entró a la habitación. Tras saludarlo, el chico -que cumplirÃa los ocho años en abril pero que parecÃa un poco mayor- le informó que Cho lo habÃa mandado a buscar. Aún bastante asustado pero resuelto, Harry se dirigió al ex dormitorio de Orión y Walburga Black, observado atentamente por los retratos de la casa.
***
Una hora y media después, Harry salió del dormitorio con aspecto muy cansado. Todos los que estaban en la sala de estar lo miraron, expectantes.
-Todo salió bien. Tenemos otro hijo.
En pocos segundos, Harry se vio sepultado en una sucesión de besos y abrazos y palmadas de felicitaciones que casi le hizo recordar lo sucedido tras la muerte de Lord Voldemort. Con grandes esfuerzos consiguió liberarse de su parentela y sus amigos y anunciarles:
-Cho dice que por ahora solamente James puede ver al bebé, y Molly y Arthur a Ginny. Ambos necesitan descansar. Fue un parto más difÃcil que el anterior, tuvo que hacerle una cesárea. Cuando estén totalmente repuestos los demás podrán verlos.
Mientras Molly y su marido se dirigÃan a ver a su hija, Harry le hizo una seña a Neville y Hannah para que se acercasen.
-¿QuerrÃan ser padrinos de nuestro hijo? -les preguntó sin preámbulos.
Neville abrió mucho los ojos, pero no tardó en contestarle.
-¡Por supuesto, Harry, cómo no! -dijo tras darle un segundo abrazo.
-MuchÃsmas gracias, Harry, es un gran honor -añadió Hannah mientras lo besaba en la mejilla.
-Gracias a ustedes. Ahora voy a despertar a James para que vea a su hermanito.
***
Si bien cuando estaba despierto James era un torbellino, cuando estaba dormido era imperturbable; ni siquiera un torbellino literal podrÃa despertarlo. Sin embargo, su padre logró al fin sacarlo del reino de los sueños y llevarlo al dormitorio que antes habÃa sido de Regulus Black y en el que habÃan instalado al nuevo bebé después de que su madre lo alimentase por primera vez. Harry esperaba encontrar al niño también dormido, pero estaba conciente y observando la habitación con sus grandes ojos verdes llenos de curiosidad. Harry levantó a James de tal manera que pudiera ver al bebé y le dijo:
-James Sirius Potter, te presento a tu nuevo hermano Albus Severus Potter.
James todavÃa no sabÃa hablar, pero entendió un poquito de lo que su padre le decÃa y le sonrió al pequeño que tenÃa ante sus ojos. Y, sorprendiendo grandemente a Harry, Albus Potter, aquel niño que luego se convertirÃa en hombre y llevarÃa a cabo actos magnÃficos y atroces por igual, le devolvió la sonrisa a su hermano mayor. Era la sonrisa más dulce que Harry hubiese visto en toda su vida, la clase de sonrisa capaz de contagiar su alegrÃa a cualquiera que la presenciase. Jamás serÃa capaz de olvidarla.