Siguiendo con nuestra publicación diaria y cronológica hasta el próximo 21 de Noviembre, en la cual durante 198 dÃas estaremos todos juntos compartiendo nuestras sorpresas, recuerdos y opiniones de cada uno de los 198 capÃtulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el EpÃlogo. Hoy es el turno para el capÃtulo Nº 40 de la serie de Harry Potter :).
Harry Potter y el Prisionero de Azkaban
CapÃtulo 5: El Dementor
Harry, Hermione y los Weasley van desde el Caldero Chorreante a la terminal de King’s Cross en automóviles del Ministerio de la Magia, donde nuestro héroe y sus amigos se disponen a abordar el Expreso de Hogwarts Arthur Weasley se lleva a Harry aparte y está a punto de contarle acerca de Sirius Black, pero Harry le aclara que escuchó su conversación con Molly la noche anterior, y que entonces no será necesario que él rompa la promesa que le hizo al ministro Fudge. Arthur, aliviado, quiere entonces que Harry le jure que, pase lo que pase, no irá a buscar a Sirius. No obstante, como el Expreso está a punto de partir, Harry es incapaz de hacer ese juramento a Arthur. Harry hace que Hermione y Ron busquen un compartimiento en el que puedan estar los tres solos, para contarles las cosas que se enteró sobre Sirius, pero todos están ocupados. Los chicos deben conformarse con ocupar un compartimiento en el que se encuentra un hombre profundamente dormido, a quien Hermione identifica como el «profesor R. J. Lupin» por una placa que hay en su maleta. Los amigos llegan fácilmente a la conclusión de que Lupin es el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
A continuación Harry les cuenta a Ron y a Hermione que Sirius lo busca para matarlo, y ambos reaccionan con pavor. De pronto el chivatoscopio que Ron le regaló a Harry empieza a lanzar pitidos dentro del baúl del muchacho, y Ron tiene que colocarlo dentro de una media de Vernon para ahogar el estridente sonido. Ron les cuenta que el artefacto habÃa sonado cuando se lo mandó a Harry, porque no hubiera debido enviárselo usando a Errol, una lechuza demasiado vieja para ir desde Egipto hasta Gran Bretaña. El chico comenta que lo mejor será hacer que lo revisen en Dervish & Banges, uno de los negocios ubicados en Hogsmeade, y esto los lleva a hablar de dicha población y sus atractivos (Ron se muestra interesado en Honeydukes y Hermione en todos los acontecimientos históricos que tuvieron lugar allÃ). Harry les cuenta entonces que sin el permiso escrito de sus tÃos no podrá visitar Hogsmeade, y Ron le aconseja pedirle a la profesora McGonagall un permiso especial, pero ninguno de los tres considera probable que la rigorista jefa de la Casa de Gryffindor acceda. Los chicos reciben la visita de la señora del carrito de las golosinas, y luego de Draco, Crabbe y Goyle. Draco comienza a burlarse de Ron y su familia, pero cuando Harry le hace notar que están en presencia de un profesor (aunque dormido), el chico de Slytherin se marcha prudentemente.
El Expreso se detiene brusca y misteriosamente, y las luces del tren se apagan, lo que sumado a la torrencial lluvia que cae en aquel momento hace que el ambiente se vuelva muy tétrico. En medio de la confusión, Ginny y Neville entran al compartimiento, y el profesor Lupin despierta. Cuando está a punto de salir al pasillo para ver qué está ocurriendo, la puerta del compartimiento se abre y aparece una figura alta y encapuchada. La criatura procede a aspirar, y un frÃa intenso desciende sobre el compartimiento. Harry escucha gritos de súplica y pierde el conocimiento.
Al despertar, las luces del tren han vuelto, y todos sus amigos lo rodean preocupados. Lupin reparte pedazos de chocolate entre los chicos, y les explica que lo que acaban de ver es a uno de los Dementores de Azkaban, para luego salir por fin al pasillo. Los amigos de Harry le dicen que Lupin espantó al Dementor con «una cosa plateada» que salió de su varita, y que solamente él se desmayó. Cuando arriban a Hogwarts, Draco se acerca a Harry y empieza a burlarse de él por su reacción ante el Dementor, pero aparece Lupin y el chico nuevamente se ve obligado a callarse. El trÃo se dirije al Gran Comedor, pero la profesora McGonagall los intercepta y pide hablar con Hermione y Harry en su despacho. McGonagalla hace que la señora Pomfrey revise a Harry, y la enfermera del colegio dictamina que «al menos» deberÃa comer chocolate para reponerse de los efectos del Dementor, y Harry responde que Lupin ya le hizo comer chocolate, lo que le gana al nuevo profesor la aprobación de la enfermera. McGonagall tiene una charla a solas con Hermione sobre su horario, y luego los deja ir al banquete. Llegan demasiado tarde como para ver la Selección, pero alcanzan a escuchar el discurso del director Dumbledore.
Dumbledore les cuenta a los alumnos que hay algunos Dementores de Azkaban en Hogwarts, y que están allà por «asuntos relacionados con el Ministerio de Magia». Les advierte que se hallan apostados en las entradas a los terrenos del castillo, y que son criaturas a las que no se puede engañar con trucos, disfraces o capas invisibles. También les dice que no está en la naturaleza de los Dementores tener misericordia por los infractores. Luego, para cambiar de tema, les presenta oficialmente a Remus Lupin como su nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras. También anuncia que el profesor Kettleburn, de Cuidado de Criaturas Mágicas, se ha jubilado y que será suplantado nada más y nada menos que por Hagrid. Contento ante la buena noticia, el trÃo retorna a la Torre de Gryffindor.