Era tarde, tenÃa una ligera consciencia de ello, pero desde que se habÃa puesto a leer ese libro el tiempo parecÃa que pasaba a un ritmo distinto, más lento. Esas navidades le habÃan regalado un montón de libros y alguna que otra prenda de ropa, pero el libro que estaba leyendo le habÃa llamado poderosamente la atención y en cuanto tuvo la oportunidad de irse a acostar la aprovechó, se metió en la cama y comenzó a leerlo. ParecÃa increÃble que estuviese leyendo ese libro, La magia a lo largo de la historia y en los pueblos, ella, que no creÃa en la magia, que era una persona lógica, racional, que se consideraba una cientÃfica y que de hecho era lo que querÃa ser, vale que a veces pasaban cosas raras a su alrededor pero estaba segura de que habÃa una explicación cientÃfica para eso. Pero todo cambio hace una semana cuando vio a un misterioso niño devolverle un libro que estaba roto y mojado completamente nuevo. Miro a su mesilla al acordarse y contempló el libro, desde aquel dÃa tenÃa ese libro siempre ahà y se quedaba mirándolo mientras se dormÃa.
Notó la boca seca y ganas de beber asà que se levantó, salió de su habitación y se dirigió a la cocina sin hacer ruido para no despertar a sus padres. Llegó a la cocina, donde el reloj marcaba las once y media pasadas, y se sirvió un vaso de agua. Mientras se lo bebÃa, miró por la ventana, la noche era bastante oscura pero aún asà pudo ver a un gato que estaba acurrucado debajo de uno de los rosales del jardÃn, cogió un plato y lo llenó de leche, luego se acercó a un armario donde tenÃan ropa vieja para dar y cogió un viejo jersey de lana de su padre. Salió al patio donde pudo notar el frÃo de la noche y se acerco con cuidado al rosal donde estaba el gato poniendo cerca el plato de leche. El gato se acerco y comenzó a beber, una vez que terminó, Hermione puso el jersey en el suelo y tapó al gato cuando este se hubo acostado. Estaba acariciándole la cabeza, haciendo que ronronease cuando notó que un copo de nieve caÃa en su mano seguido de un montón de ellos, sonrió mirando como caÃa la nieve y cómo el gato intentaba cogerlos con la boca, lo tapó bien y se despidió de el dirigiéndose al interior de la casa mientras se frotaba los brazos debido al frÃo.
Cuando llegó a su habitación, se acostó en la cama tapándose bien con las mantas y se puso a mirar el libro, que descansaba en la mesilla, mientras pensaba que a lo mejor no todas las cosas tenÃan una explicación lógica pero estaba segura de que todo en esta vida tenia explicación ya fuera lógica o no y que tanto la magia como la ciencia sólo eran dos caminos para llegar al conocimiento y ella estaba decidida a conocer todo.
Estaba despierto dando vueltas en la cama y por más que lo intentaba no conseguÃa dormirse, estaba emocionado habÃa sido una navidad genial, le habÃan regalado unos comics, chucherÃas, dinero de tÃa Muriel y el clásico jersey con una R pero lo que hacia esas navidades tan especiales habÃa sido la escoba que le habÃan regalado, era de segunda mano, como todo lo que tenÃa, pero le encantaba y por lo menos no habÃa pertenecido a ninguno de sus hermanos, y era la escoba exactamente lo que hacÃa que estuviese tan excitado que no pudiese dormir. Ya no aguantaba más, miró el reloj y vio que eran las 11 y 20, se levantó, se puso su jersey nuevo y cogió la escoba mientras la miraba con veneración. Salió de su habitación y comenzó a bajar las escaleras procurando evitar los escalones que más ruido hacÃan, sabÃa que si su madre lo escuchaba se la iba a cargar y aún le dolÃan los brazos debido todas las tareas que tuvo que hacer por escaparse el otro dÃa cuando habÃan ido a la ciudad. Llegó a la cocina y salió por la puerta al jardÃn, una vez fuera notó el frÃo de diciembre en su cara y se alegró de haberse puesto el jersey. Tiró la escoba al suelo, puso la mano encima y le ordenó que se levantase pero esta ni se inmutó, siguió intentándolo mientras se iba enfadando cada vez más y soltando alguna que otra palabrota cada vez que no conseguÃa que la escoba se moviese, al final, después de quince minutos y de empezar a no notar los dedos debido al frÃo.
-¡Arriba, $%#&! – la escoba saltó a su mano como si se viese atraÃda por ella -¡SI!- pero se tapó la boca al recordar que podÃan haberlo oÃdo.
Con la emoción llenándole el cuerpo y olvidándose por completo del frÃo que hacia se montó en la escoba y dio una patada al suelo elevándose un par de metros, era genial estar ahà flotando en el aire, se inclino ligeramente hacia delante y la escoba empezó a volar de frente cada vez a más velocidad giró a la derecha haciendo un derrape.
– ¡Yahoo, como mola!- se dirigió hacia un árbol a toda velocidad y cuando estaba a punto de chocar elevó la escoba pasando por encima de él. El corazón le latÃa a cien por hora y sin pensarlo empezó a hacer mortales mientras se reÃa de la emoción, empezó a volar alrededor de la casa mientras iba subiendo viendo como dormÃa su familia hasta que llego a su ventana y se quedo flotando mientras disfrutaba de la sensación de euforia que sentÃa, desde luego esas habÃan sido las mejores navidades de su vida. Era imposible mejorarlas. Tan pronto pensó eso notó que algo frÃo le caÃa en el cuello y al levantar la cabeza vio como un millar de copos de nieve empezaban a caer, sonrió mientras veÃa como la nieve caÃa y se imaginaba el aspecto que presentarÃa el paisaje mañana. Abrió su ventana, que no cerraba bien y se metió por ella, dejó cuidadosamente la escoba, se quito el jersey y se metió en la cama completamente feliz mientras se acurrucaba debajo de la manta y notaba como la sensación de excitación iba dejando paso al sueño.
[NOTA: Este fanfic fue escrito por db ordenata, quien anteriormente publicó Primer contacto. El dibujo de Ron y Hermione pertenece a *06raindrops1993. Si desean que alguno de sus fanfics, viñetas, humor pottérico, estanterÃas pottéricas sean publicadas en BlogHogwarts, envÃen un e-mail a fans@bloghogwarts.com.]