Una chica humana que vive en un pueblito estadounidense conoce a un vampiro guapo y sensible, y se enamoran…
No, no estoy hablando de esa abominación literaria que es la saga de Crepúsculo, sino a la muy superior True Blood, una serie de TV que comenzó a emitirse en 2008 y que ya va por su cuarta temporada. True Blood, creada por Alan Ball —el guionista de Six Feet Under— está basada en la saga The Southern Vampire Mysteries, escrita por Charlaine Harris. Y si bien True Blood parte de la misma premisa que Crepúsculo, es muy, muy diferente.
La protagonista de la serie es Sookie Stackhouse (Anna Paquin, famosa por encarnar al personaje de Rogue en las pelÃculas de X-Men), una chica que trabaja de mesera en el bar del pequeño pueblo de Bon Temps, en Louisiana, EE.UU. Ella «goza» de poderes psÃquicos que le permiten escuchar los pensamientos de los demás humanos; sus poderes no son un secreto para el resto del pueblo, y la mayorÃa de sus vecinos y clientes la tratan como si fuera una anormal. Su vida, de por sà bastante inusual, se trastoca cuando un vampiro entra al bar y pide que le sirvan una botella de sangre…
La explicación es sencilla: True Blood transcurre en un futuro cercano en el cual cientÃficos japoneses han inventado sangre artificial para poder realizar transfusiones. Al enterarse de esto, los vampiros —que pueden alimentarse de esa sangre artificial— deciden revelar su existencia a la humanidad, pues ya no necesitan matar personas para sobrevivir; la sangre artificial comienza a comercializarse con el nombre de Tru Blood (asÃ, sin «e»). La respuesta de la raza humana, como cabe esperar, no es uniforme. Mientras que algunas personas están más que dispuestas a integrar a los vampiros a la sociedad, muchas otras —en especial los fanáticos religiosos— los consideran una abominación y una amenaza, y piden que sean eliminados.
Los vampiros también están divididos: algunos de ellos impulsan una campaña mediática para lograr la igualdad de derechos legales con los humanos (incluso hay una Liga Estadounidense de Vampiros, con una lobbista vampira que visita los talk shows para defender su agenda), pero otros creen que «la Gran Revelación» fue un error, y que los humanos son criaturas inferiores a las que los vampiros tienen derecho a utilizar como fuente de alimentos. También cabe señalar que existen entre los humanos los llamados fangbangers (algo asà como «amantes de los vampiros»), personas que disfrutan teniendo sexo con vampiros y que son despreciadas por los grupos anti-vampiros.
Es en ese contexto que Sookie y Bill Compton, un hombre que fue transformado en vampiro en tiempos de la Guerra Civil estadounidense, a finales del siglo XIX, comienzan una relación que debe lidiar con los prejuicios de los habitantes de Bon Temps, asà como los obstáculos naturales nacidos del hecho de que él y ella pertenecen a «razas» diferentes. Pero hay que decir que ni Bill es un emo llorón y debilucho como Edward Cullen, ni Sookie una adolescente histérica como Bella No-me-acuerdo-el-apellido: ambos son personajes bastante maduros y sensatos.
Bill y Sookie también deben enfrentar graves amenazas procedentes tanto de los demás vampiros como de otras criaturas sobrenaturales; en el mundo de True Blood hay hombres-lobo, brujas, Ménades, hadas y cambiaformas (seres muy similares a los Animagos de la saga de Harry Potter, aunque pueden convertirse en varios animales y no solo en uno), entre otros. Un detalle gracioso es que la actriz Fiona Shaw, que interpreta a Petunia Dursley, la tÃa de Harry, en las pelÃculas de HP, ha aparecido en la cuarta temporada de la serie interpretando a una bruja llamada Marnie.
Otra cosa que no puedo dejar de mencionar es lo ABSOLUTAMENTE GENIAL que es la presentación del programa. Pueden verla aquà (no sé por qué no puedo poner videos en el post).
En fin, la serie True Blood es ampliamente recomendable. Tiene diálogos picantes, buenas secuencias de acción, es desinhibida a la hora de mostrar escenas sexuales —sin bajar una lÃnea puritana como la de Stephanie Tampoco-recuerdo-su-apellido— y, sobre todo, tiene un gran sentido del humor. Con esto quiero decir que, si bien no es una comedia, tampoco se toma demasiado en serio a sà misma. Y si hay algo que realmente es pesado en Crepúsculo —entre muchas otras cosas— es la solemnidad.
La serie se puede ver online gratis en este sitio.