Harry Potter y el Sextante de Plata posibilitó que algunos fanáticos de BlogHogwarts pudieran verse publicados como autores: Brian Dumbledore, Lord Volramón, BatLumos99, EspirituRain… estuvieron entre los afortunados que vivieron el reto de crear un capÃtulo con una fecha tope.
Reconocemos que tuvimos errores, incongruencias con la historia; pero a pesar de todo El Sextante de Plata fue muy bien acogido por buena parte de los pottéricos. Por eso, sabiendo el reto que representa, a continuación les daré algunos adelantos de los que podrÃa ser la segunda temporada y aunque el proyecto conservará el nombre original, cada una de las series de capÃtulos tendrá su propio tÃtulo.
Prefacio
Con un ruido sordo, Harry apareció en medio de un callejón abandonado de Tirana.
«Debo ver a Bertius», se dijo mientras se quitaba las gafas empañadas y las limpiaba con su ropa. Extrajo un papel arrugado del interior de su capa de viaje y lo leyó. La casa del mago que buscaba no se hallaba muy lejos de su ubicación en ese momento.
Estaba nevando un poco, por lo que agitó discretamente su varita y una llama azulosa apareció en la punta de la misma. La llama rodó hasta la palma de su mano y él la escondió dentro de su capa, para calentarse. De seguro Hermione sabÃa algo acerca de cómo calentarse de manera más efectiva, pero le pareció que no serÃa prudente molestarla para algo tan poco importante como lo que iba a hacer.
Solo Ginny sabÃa a qué habÃa ido Harry a ese paÃs en que se encontraba. Los sucesos relacionados con el sextante de plata y Circe habÃan encendido una nueva alerta en el mundo mágico, pues una muchacha de solo 16 años habÃa logrado hechizos y maldiciones con los que únicamente alguien como Voldemort, Dumbledore o el mismo Harry podrÃan lidiar.
Más que el peligro de los horrocruxes, que Harry se habÃa asegurado de destruir, ahora se dibujaba la posibilidad de una nueva búsqueda de poder, de un nuevo intento de purificación de la sangre para desprender a los magos de las varitas y hacerlos menos dependientes de los artefactos de madera.
Caminó por la ancha calle, que tan temprano en la mañana estaba vacÃa. Estaba dispuesto a todo con tal de que no se le escapara el señor Bertius, incluso a utilizar la magia más oscura…¿pero qué estaba pensando? Él era un Auror, no podÃa contemplar entre las opciones dañar a otros con su magia. Sin embargo se habÃan metido con su familia, cuando el problema era únicamente con él.
Harry se detuvo frente al amplio muro detrás del que parecÃa no haber nada. Agitó su varita con Ãmpetu y los ladrillos comenzaron a caer, para luego arremolinarse y formar una figura humanoide que medÃa cerca de dos metros y medio.
-¿Quién eres?- dijo.
-Soy el mago, y a mà debes obedecerme.
La figura hincó una rodilla en el suelo y bajó lo que parecÃa su cabeza, para preguntar:
-¿Quién te envÃa?
-Albus Dumbledore- respondió Harry- Vengo a ver a Bertius.
-Lamento decirle que las visitas al señor Bertius no están permitidas.
-Entonces tendré que derrotarte, porque Bertius es el único en el mundo que explicó a Tom Riddle los secretos de la magia sin varitas.