Columna original escrita por Ana Pastor para El PaÃs.
Cuando tenÃa ocho años, me llamaron mandona porque querÃa dirigir una obra de teatro que habÃamos organizado para que la vieran nuestros padres. Cuando tenÃa 14 años, empecé a ser sexualizada por ciertos elementos de los medios de comunicación. A los 15, mis amigas comenzaron a dejar los equipos de deporte porque no querÃan parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones no podÃan expresar sus sentimientos. Entonces decidà que era feminista». Es parte del discurso que hace unas semanas pronunciaba la actriz Emma Watson en la sede de Naciones Unidas. La joven, quien se hizo famosa en el mundo entero por su papel de Hermione en la saga de Harry Potter, ha decidido dar un paso al frente en un terreno polémico.
Con su elegante acento británico, voz temblorosa y evidentes nervios, Watson tomaba la palabra durante 12 minutos en una sala abarrotada y entregada. Acostumbrados al discurso de los polÃticos que pasean sus buenas intenciones por este mÃtico edificio neoyorquino, los asistentes acabaron dedicándole una ovación cerrada en agradecimiento a su valentÃa. No tenÃa por qué meterse en este lÃo. Su carrera sigue yendo muy bien, es imagen de multitud de marcas y, en un rasgo de inteligencia, hasta decidió poner tierra de por medio entre ella y la fama para seguir formándose. Ha estudiado FilologÃa Inglesa en Estados Unidos. Sin embargo, ha aceptado el encargo de la ONU de convertirse en embajadora y replicar el mensaje de igualdad entre hombres y mujeres. Y llama la atención que se exponga abanderando la causa HeforShe (Él por Ella, en español), porque otras muchas colegas del mundo del espectáculo han replegado velas. Lo cierto es que el término «feminista» ha ido tomando connotaciones negativas en estos últimos años. Quizá por eso artistas mundialmente conocidas como Beyoncé o la transgresora Lady Gaga se pongan de perfil y respondan ante una pregunta directa como «¿Eres feminista?» que no son partidarias de las etiquetas o que no comparten las posiciones radicales.
Watson es mucho más joven que ellas y ha asumido lo que vendrá después de su posicionamiento. Incluso se la llegó a amenazar en las redes sociales con publicar fotografÃas suyas comprometedoras. Ella dijo aquel dÃa en Naciones Unidas, y después a través de su cuenta de Twitter, que lo único que ha hecho es defender la igualdad entre hombres y mujeres y que su discurso está avalado por una realidad incontestable más allá de las etiquetas: desigualdad salarial, desempleo mucho más alto, niveles más bajos de acceso a la educación en multitud de paÃses del mundo y, aún peor, matrimonios infantiles o asesinatos machistas. Watson no tenÃa por qué meterse en este lÃo. Incluso podrÃa haber tirado de su papel en Harry Potter y rescatar una de las frases de su personaje –«Tienes la capacidad emocional de un ladrillo»– para hacer una enmienda a la totalidad de los hombres. Pero no lo ha hecho. No ha tirado de trazos gruesos, sino que ha optado por dirigirse a los hombres para decirles que les necesitamos para conseguir el cambio. Hermione se ha hecho mayor, pero mantiene intacta su inteligencia y sigue mirando de frente.