Cómo hacer una fiesta infantil de Harry Potter con poco dinero

Este año decidimos organizar la fiesta de cumpleaños de Julia en casa, a la antigua usanza. Los parques de bolas nos tienen saturados y nos resultan estresantes, sobre todo a Jaime. Tampoco son especialmente baratos. Se lo dijimos a Julia y se mostró encantada, pidiéndonos que el cumpleaños estuviera inspirado en el mundo de Harry Potter, que le apasiona.

El miércoles tuvo lugar y fue una locura maravillosa. Durante tres horas hubo doce niños en casa, entre primos y amigos, casi todos entre los seis y los siete años. Menos mal que el salón es razonablemente grande.

¿Qué hicimos? Lo primero liberar de muebles el salón. Pegamos la mesa de comedor y las sillas contra las paredes y nos llevamos todo lo que pudiera estorbar para hacer el espacio lo más diáfano posible.

Sobre la mesa un mantel rojo y platos, vasos y servilletas en rojo y amarillo, los colores de Gryffindor. La estrella de la mesa fue la tarta que me hizo una amiga (gracias Anita), pero también teníamos unos Ferrero Roché reconvertidos en snitchs doradas al ponerles alitas con papel de plata, además de patatas y demás picoteo.

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Fabricar cerveza de mantequilla es fácil: batido de vainilla al que se le pone nata montada por encima en el momento de servir a modo de espuma. Y el resto de bebidas se pueden reconvertir fácilmente. Una pena que ya no os diera tiempo a hacer las etiquetas más bonitas.

En la mesa también teníamos las grageas de mil sabores. No son nada baratas (unos 5 euros), pero mereció la pena. A los niños les encantó jugarse el tipo para ver si les tocaba una gragea rica o una que supiera a vómito, pedo o pañal. Están en esa edad en la que lo escatológico hace mucha gracia.

Ahí una valiente de Ravenclaw arriesgándose.

Pusimos un photocall para que los niños pudieran hacerse fotos según fueran llegando. La opción cara hubiera sido encargar un lienzo de fondo en el que se viera el castillo de Hogwarts o la estación 9 y 3/4. Nosotros optamos por la solución lowcost. En una pared que tenemos recubierta de piedra colocamos una maleta, una jaula con un peluche dentro y un cartel anunciando la estación que era un folio impreso y pegado a una cartulina.

Y ahora a intentar atravesarlo.

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También imprimimos a color y colocamos por la casa carteles de “se busca” con Sirius Black y en la puerta de cada habitación los escudos de las cuatro casas. En la puerta de entrada, un “bienvenidos a Hogwarts” con el escudo.

Una vez estaban todos los niños en casa y fotografiados, los sentamos y comencé a hacer de Dumbledore para que el sombrero seleccionador decidiera a qué casa iría cada uno. El sombrero seleccionador lo venden por un dineral, a mí me costó tres euros.Lo fabriqué con dos láminas grandes de goma eva marrón con purpurina, recortando y cosiendo.

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Los escudos que les colocábamos a los niños eran también folios impresos, pegados en una cartulina de color y con un pequeño velcro detrás.

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Y comenzaron las tres pruebas. Para la primera, la de los buscadores que deben encontrar la snitch, compramos pelotas de ping pong y las escondimos por la casa. Las blancas valían menos que las amarillas. La segunda consistía en duelos de varitas que consistían en piedra, papel o tijera. Las varitas eran de globo, que con doce niños jugando en un espacio reducido nos parecía lo menos peligroso. Y la tercera era un trivial de Harry Potter que se contestaba por equipos.

Hubo también un cuentacuentos (gracias Patricia), corbatas de las casas para todos (gracias Ana) y pizza.

Que conste que avisamos con tiempo a todos los invitados para que se pudieran al día sobre este universo. Algunos que acababan de adentrarse en él se llevaron prestados dos de los primeros libros para leer sobre las andanzas de los tres jóvenes magos ingleses. Otro pequeño éxito.

Todos ganaron el torneo de las casas. Como recuerdo/premio se llevaron un paquete de varitas luminiscentes, de esas que se rompen y sacuden y brillan muy al estilo de un concierto de los 80. Cada paquete, que incluye diez, cuesta un euro. Mucho mejor que unas chuches. Les encantó. Y me consta que muchos de los invitados acabaron la noche como Julia, durmiendo entre luces.

Para el año que viene lo quiere de El señor de los anillos, a ver la que liamos. Se admiten sugerencias…


Relato cortesía de 20Minutos

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