Desde el principio de los libros, una de las cosas que aprendemos es que los Slytherin son malas personas. Hagrid ya lo dice cuando le explica las cuatro casas de Hogwarts a Harry: «Mejor ser Hufflepuff que Slytherin (…) No hay un solo mago o bruja malvados que no haya ido a Slytherin».
Harry llega a Hogwarts con ideas previas de lo que le debe gustar y lo que no. Sus padres estuvieron en la noble Gryffindor, la casa más chévere de todas, y si no, siempre quedan los inteligentes Ravenclaw o los humildes Hufflepuff. Todo es mejor que quedar en Slytherin.
Al momento de la Selección, el sombrero se debate entre escoger Gryffindor o Slytherin. Encuentra elementos propios de una serpiente dentro de Harry. Para Harry, es como si se debatiera entre ir a Gryffindor, una casa de la que nadie habÃa dicho nada en contra hasta el momento, o meterse en una jaula llena de escorpiones.
Ya todos conocemos lo que pasó, pero ¿y si Harry hubiera acabado en Slytherin?
Imaginemos cómo habrÃa recibido la noticia. ¿Se habrÃa echado a temblar, a llorar —una actitud más acorde al Neville de ese entonces—, o se habrÃa tragado la decepción, el terror, la incertidumbre, de ir precisamente a la casa de los malos? Imagino que se habrÃa quedado paralizado unos segundos, que habrÃa reaccionado a la voz de la profesora McGonnagall y habrÃa arrastrado los pies, que en ese momento se habÃan convertido en cemento, hacia la mesa de Slytherin.
Tal vez se hubiera sentado al lado de Malfoy porque no habÃa más asientos disponibles. O corrió con suerte y sà habÃa unos cuantos que lo separaban de aquel chico que habÃa despreciado la condición económica de Ron.
El ambiente en el Salón Comedor hubiera sido digno de una foto en el Profeta. Los Gryffindor, los Hufflepuff, los Ravenclaw, con cara de no poder creer que el Salvador del Mundo Mágico, aquel niño que admiraban desde que era un bebé, habÃa ido a parar al mismo lugar donde van las peores personas de la Sociedad Mágica (como muestra, Voldemort). Los Slytherin habrÃan sido los primeros en reaccionar. Hurras. Aplausos. Como si fuera más que uno más. Draco habrÃa aplaudido por compromiso, porque no veÃa con buenos ojos que no hubiera pasado diez minutos y ya Potter estuviera recibiendo más atención de Slytherin que él, con su pasado familiar y su fortuna y todo eso.
Harry se habrÃa hundido en la almohada esa noche. La Sala Común era oscura, lúgubre y húmeda. Los Slytherin parecÃan haber sido asignados en el lugar donde a nadie se le ocurrirÃa perderse. PensarÃa en cómo serÃa la cálida Gryffindor, la alegre Hufflepuff, la calmada Ravenclaw. O simplemente en Gryffindor, después de todo, allà van a parar la mayor parte de los personajes importantes.
Draco le habrÃa dirigido comentarios desagradables los primeros dÃas. Crabbe, Goyle y Parkinson se habrÃan reÃdo. Harry le habrÃa contestado, una y otra vez. Discusiones interminables. Pero Draco, Goyle, Crabbe y Pansy no forman Slytherin.
Harry habrÃa conocido a la poco agraciada Millicent, que tiene un padre mago y otro muggle. Zabini habrÃa intentado caerle en gracia a Harry, y como en el canon no molestó directamente a Harry ni una vez, supongo que su personalidad dista de ser una réplica de Crabbe y Goyle. HabrÃa conocido a Theodore Nott, más taciturno que el resto de sus compañeros. También a Tracy Davies, sangre mestiza, de la que no conocemos nada. A Daphne Greengrass, y a su hermana menor, Astoria. HabrÃa tenido la oportunidad de conocer a todos esos Slytherin anónimos que al final del año conseguÃan la mayor cantidad de puntos para su casa.
Creo que Harry se habrÃa dado cuenta que no todos los Slytherin son esos seres del averno que salen a la superficie para asistir a Hogwarts cuando cumplen once años, y que no todos los Gryffindor son unos caballeros de armadura dorada que nunca se ensucian de lo inmaculados que son.
Sé que en los libros tenemos los ejemplos de Peter Petergrew y Severus Snape, pero dos ejemplos en siete libros plagados de personajes es como una aguja en un pajar. Menos cuando Dumbledore comenta en Las Reliquias de la Muerte, ante los actos de Snape, que cree que a veces el Sombrero Seleccionador escoge muy rápido las casas de los alumnos. En otras palabras, “eres tan bueno, que a lo mejor no deberÃas estar en Slytherinâ€.
Una lectura con Harry en Slytherin nos habrÃa dado a conocer lo bueno de estos chicos, porque ya lo malo está a plena vista, nos los dicen cada poco tiempo en las páginas de los libros. También nos habrÃa dado a conocer la cara menos bonita de Gryffindor.
Tal vez con Harry en Slytherin, el trÃo de oro (o plateado) habrÃa sido con Theodore y Daphne, o Tracy y Blaise. O a lo mejor la amistad de Hermione y Ron habrÃa superado esta barrera. Tal vez a Draco no le habrÃa hecho falta convertirse en el rehén de Voldemort para cuestionarse muchos prejuicios de sus padres. Tal vez Draco, y Pansy, y Goyle, y Crabbe también habrÃan crecido como personajes de manera diferente.
Ahora que se acerca la nueva obra de Harry Potter, con Albus Severus como protagonista, tal vez se pueda tomar una perspectiva diferente en cuanto a las casas. ¿Los Gryffindor y los Slytherin seguirán viéndose como los buenos y los malos de la pelÃcula? ¿Los Hufflepuff cobrarán más protagonismo? ¿Ravenclaw llegará algún dÃa a tenerlo? (En los libros están Luna y Cho, pero al igual que Snape y Colagusano, son como una aguja en un pajar).
¿Qué tanto hubiera cambiado Harry siendo un Slytherin? ¿Y qué tanto hubieran cambiado sus compañeros de Slytherin gracias a él?