Han pasado quince años desde la publicación del primer libro de la saga y aunque vivimos en la «civilización del espectáculo» (como dice Vargas Llosa, una era en la que todo es entretenimiento), todavÃa existen instituciones educativas, especialmente colegios de orientación cristiana, que continúan prohibiendo la saga de Harry Potter por considerarla «diabólica» y llena de antivalores (al parecer la amistad, la justicia y el vencimiento del bien sobre el mal no son valores positivos…).
Después de la publicación de sagas como Cincuenta sombras de Grey, la cual, desde la perspectiva cristiana, sà puede considerarse llena de valores negativos, nos preguntamos ¿cómo pueden ciertos colegios seguir rechazando obras literarias para niños y jóvenes que contienen buenas enseñanzas y que promueven valores? ¿No se han puesto a comparar las «nuevas sagas» con respecto a Harry Potter? ¿Cuál tendrá mejor calidad literaria y, aunque la literatura y la moral deberÃan ir separadas, mejores valores?  Se ha demostrado que la saga de Harry Potter no sólo formó una generación que regresó a la lectura y dejó la pantalla de lado, sino también fue una forma de transmitir un mensaje positivo en un mundo que se oscurece cada vez más.
Esperamos sus comentarios sobre el tema.
