La publicación de la saga «Harry Potter» escrita por la británica J. K. Rowling ha generado grandes confusiones en nuestros alumnos. Por lo tanto, Hogwarts se ha visto obligada a incluir esta serie de aclaratorias en la carta de admisión. Le rogamos que no ignore este mensaje, pues le ahorrará muchos dolores de cabeza y, al profesorado, innumerables interrupciones en clase para preguntar sobre barbaridades que nunca ocurrieron.
1. NO existe, ni existió, Lord Voldemort… ni siquiera tuvimos jamás un alumno llamado Tom Ryddle. Asà que les rogamos que no tiren del turbante del profesor Quirrell, ni que intenten encontrar la inexistente «marca tenebrosa» en el antebrazo del profesor Snape.
2. NO hay ningún perro de tres cabezas en el tercer piso cuidando ninguna piedra filosofal. Al que se le vea merodeando por la zona se le castigará restándole 50 puntos a su casa, solo para que, al abrir la puerta donde se encontrarÃa el tal Fluffy, encuentren un depósito de escobas rotas. ¿Vale la pena? No.
3. Permitimos que la escritora tomara elementos de la realidad, como lo son los nombres de las casas, sin embargo, esta licencia dada por el colegio ha originado que gran cantidad de alumnos llore al ser seleccionado para Hufflepuff. Hufflepuff es tan respetable como cualquier casa. El alumno que se queje será obligado a tomar la clase de HerbologÃa en la cual se manipula a las mandrágoras (o mandrágulas) todos los años hasta el dÃa de su graduación y se le negará el convertirse en Auror.
4. NO hay ninguna Cámara de los Secretos escondiendo ningún horror. Si el colegio debe volver a lidiar con un alumno escribiendo con tinta roja el mensaje de «La cámara de los secretos ha sido abierta, temed, enemigos, del heredero», será inminente e inmediatamente expulsado sin derecho a réplica. Ya está bueno de tonterÃas.
5. Las contraseñas para entrar al despacho del profesor Dumbledore jamás han sido platos de comida, asà que ni se molesten en intentar adivinarlas. «Sorbete de limón» nunca fue una contraseña.
6. Lamentamos la mala fama que J. K. Rowling creó del profesor Snape. Es cierto que, debido a incesantes peticiones por parte del profesorado, la escritora intentó limpiar la imagen de nuestro profesor en el último libro de la saga. Sin embargo, muchos alumnos se burlan de él creyéndose la encarnación de Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta (QUE NO EXISTIERON). El alumno que se burle del profesor Snape será mandado tres horas a lidiar con las arañas del Bosque Prohibido… hecho que la autora no exageró para nada en su libro. Aragog es real :) No maltraten al profesor Snape. ¿Okey? Okey.
7. El profesor Lupin NO es un licántropo. Para probar esto, el colegio se ha visto obligado a organizar un evento anual durante la primera luna llena del año escolar. El evento consiste en, básicamente, ver al profesor Lupin salir al exterior y observar cómo no le sucede nada. Una pérdida de tiempo a nuestro parecer, pero es que los alumnos no lo dejaban en paz.
8. NO existen los pasadizos que llevan a Hogsmeade. Para que quede claro: no existe ningún «Mapa del merodeador». El alumno que no tenga su permiso firmado, no va y punto. Y, por cierto, las capas de invisibilidad están terminantemente prohibidas en las instalaciones del colegio y sus alrededores.
9. Cedric Diggory sà existe y no murió en el Torneo de los Tres Magos, es más, ni siquiera fue elegido para competir. La escritora usó su nombre únicamente debido a su atractivo fÃsico. La alumna que lo quiera ver, que se vea en el Espejo de Oesed, si lo encuentra. (SÃ, nos vimos obligados a hacer esta aclaratoria, pues las alumnas parecÃan no cansarse de preguntar por el señor Diggory).
10. NO existe, ni existió un alumno llamado Harry Potter que haya salvado a la comunidad mágica. Sin embargo, tenemos un Larry Potter en Ravenclaw que ha resultado ser muy buen buscador en Quidditch. Tenemos grandes expectativas.
Sin más a que referirse y, esperando que estas aclaratorias nos ahorren gran cantidad de preguntas tontas, se despide,
Minerva McGonagall
Subdirectora
