Cuando me enteré de que nuestro Harry Potter cinematográfico cambiaba el cine por el teatro no dudé en que merecÃa la pena un viajecito a Londres para ver de cerca al componente principal de nuestro trÃo favorito.
Tan pronto como las entradas salieron a la venta, me hice con ellas. Por teléfono pedà para la semana del 23 al 29 de Abril de 2007 las entradas que, el dÃa y a la hora que fuese, me garantizaran el mayor disfrute de tan polémica y ansiada representación. Ya asistà en Londres a la salida de Harry potter and the Half-Blood Prince y habÃa visitado alguna localización de las pelÃculas en Oxford y la capital británica, por lo que asistir a la función de la comidilla de todas las webs y mayor espectación por parte de los fans era para mi una visita obligada.
Planeé pasar unos dÃas en Londres y una vez hechos los preparativos, volé para convertirme en alguien con suerte. El dÃa 27 debÃa estar un rato antes en el hall del Gielgud Theatre para recoger mi entrada, por lo que tras una interminable tarde de paseos mordiéndome las uñas, un amable señor me dio unas entradas azules a mi nombre que, despues de media hora más de nervios dando vueltas Shaftesbury Avenue, me abrieron las puertas a un bonito corredor que llevaba directo a la platea del teatro. Era increÃble. Muy colorido y cálido, y aunque no muy grande, sà era bastante Ãntimo, acogedor y recargado. ¡Me encontraba en Londres, en el Broadway europeo, en el interior del teatro más visitado por británicos y turistas que, como yo, querÃan ver a un Daniel que nada tiene que ver con nuestro chico Potter! Sólo tenÃa que esperar. La acomodadora nos guió a nuestro asiento, y creà estar en un sueño: me sentaba al pie del escenario, en el centro de la segunda fila de butacas.
Entradas para Equus
PodÃa tocar el escenario con solo alzarme y estirar el brazo. Una sección de butacas rodeaba la parte trasera del escenario sumergiéndolo en un mar de rostros que juzgarÃan la obra desde todos los ángulos. El teatro estaba lleno y en escena, solo habÃa unas cabezas metálicas de caballos colgadas por la pared circular y unos grandes cubos negros que servian como única ambientación. Tras una señal de la megafonÃa del teatro, la obra da comienzo y el público enmudece. Richard Griffiths introduce la historia y momentos más tarde, Dan aparece en escena. Lleva polo oscuro y pantalón vaquero, y cuando se acerca, como en varias ocasiones a lo largo de la función, al borde del escenario, sonrÃo pensando: «ES ÉL», está aquÃ, actuando para nosotros, el pequeño David Copperfield. Varias veces se sitúa tan cerca de mi que puedo ver que tiene algún granito en la frente, la barba de varios dÃas que debe dejarse y hasta su color de ojos.
La obra es larga, dura más de dos horas y media aunque hay un descanso entre medias. Dan hace un papel fabuloso, magnÃfico. Recuerdo su trabajo en La Piedra Filosofal, quizás un poco carente de expresividad, y la comparo con Equus, donde se entrega de tal manera que parece olvidar dónde está. La obra es divertida en algunos momentos, no se hace pesada para nada, todos los actores lo bordan, incluyendo a la que en su dÃa hizo de la chica Jill Mason en la pelÃcula Equus y está ocasión cambia de rol. Dan fuma, sÃ, creo recordar que en una o dos escenas, pero es parte del guión y se que eso fue muy criticado.
Finalmente, rozando el final de la función llega el momento que todos (secretamente) estaban esperando, por… curiosidad. Jill y Alan, solos en escena. Ella le propone que se desnuden, están en el granero, los caballos observando atentamente con unos ojos encendidos. Ella comienza a quitarse la ropa, él la sigue, primero el polo, los zapatos, los pantalones, los calcetines y finalmente los calzoncillos. En el teatro se vive la tensión, todo el mundo esta en profundo silencio, reina un ambiente cargado y eléctrico, pues sabemos que esto ni debe ser fácil para él, ni para ella, y más cuando se ha anunciado por todos los medios posibles en todos los paises habidos y por haber que es la obra en la que Harrylo enseña todo. Mantiene su desnudez durante varios minutos en los que tras gritar a Jill, Alan corre por el escenario, cegando a los caballos violentamente arrepentido de lo que han presenciado. Solo piensa en una cosa, “Equusâ€.
Tras el desenlace, el reparto se aproxima al borde del escenario a saludar, Dan es aclamado, nosotros estamos impresionados por su actuación. De repente, una lechuza cae al escenario, es una Hedwig de peluche que una chica en primera fila le lanzó. Y con este toque mágico, los actores se despiden y la obra llega a su final, dejando un estupendo sabor de boca y la sensación de decir: “lo conseguÃ, cuánt@s querrÃan estar aquà ahora mismoâ€.
Equus fue un éxito durante todo el perido en que se representó de Febrero a Junio de 2007, por lo que el salto a Broadway estaba asegurado. Ya escribiré la crónica una vez vea este segundo asalto en Diciembre que, como no puede ser de otra manera, encaminará mis pasos a la Gran Manzana.
DrHallows: Y con esta reseña, les presentamos a Iván quien será nuestro corresponsal en Londres este Noviembre en la Premiere de Harry Potter y el Misterio del PrÃncipe y quien, además, empezará desde hoy a ser parte de la familia de editores de BlogHogwarts.com