Y llegamos al capitulo número 133 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 dÃas estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capÃtulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El dÃa de hoy es el turno para el capitulo número 133 de la Serie de Harry Potter.
Harry Potter y el Misterio del PrÃncipe
CapÃtulo 1: El otro ministro
El Primer Ministro estaba sentado en su oficina, solo, realizando las tareas que cualquier Primer Ministro debe hacer, mientras esperaba la llamada del Presidente de un paÃs lejano. A la vez, intentaba dejar de pensar en todos los sucesos extraños que estaban teniendo lugar en aquellos dÃas. Cosas terribles que, según los medios y partidos opositores, eran culpa del Gobierno. Un puente, en perfectas condiciones, se habÃa partido en dos. Dos asesinatos horribles y muy mediáticos sugerÃa que el Gobierno debÃa de asignar más policÃas, algo claramente ridÃculo, pues habÃa de sobra. ¡Si hasta acusaban al Gobierno de no haber prevenido un huracán que no estaba en los planes de ningún meteorólogo!
Pero el Primer Ministro no tuvo mucho tiempo para lamentarse. Un leve tosido tras él lo sacó de sus pensamientos. Y el Primer Ministro conocÃa esa tos. Aquella tos que auguraba, casi siempre, cosas malas, terribles, como si no tuviera suficiente por aquellos dÃas.
Quien habÃa proferido la tos era un hombrecito pintado en uno de los cuadros de la habitación. Como era costumbre, le avisaba, con escasos segundos de anticipación, la llegada del Ministro de la Magia. El Primer Ministro intentó excusarse, pero aquel hombrecito no aceptó negativas.
Pronto se vieron cara a cara ambos ministros. ¿Cuál era la razón de la visita de Cornelius Fudge, ex Ministro de la Magia, al Primer Ministro Muggle? VenÃa a presentar a su sucesor, Rufus Scrimgeour.
Ahora el capÃtulo nos describe la primera visita de Cornelius Fudge a este Primer Ministro, para hacernos notar la admiración, sorpresa, confusión y temor que causaba la presencia del Ministro de la Magia, pues dejaba bien en claro que sólo lo visitarÃa si ocurrÃa algo demasiado desagradable, algo que pudiera poner en peligro a la población no-mágica. Por ende, sus visitas no eran muy deseadas.
Viajamos ahora, conducidos por el capÃtulo, un poco más en el tiempo, hasta retroceder tres años desde la actualidad. Fudge se hizo presente ante el Primer Ministro para informarle sobre el escape de Azkaban, la prisión de los magos, de un peligroso asesino llamado Sirius Black, y para decirle que tal vez aquel mago tan tenebroso y temido, lord Voldemort, podrÃa estar aún con vida. Fudge lo saludó diciéndole que ojalá no tuvieran que verse de nuevo, pero fue asÃ. Menos de un año después de su última visita, Fudge reapareció, más preocupado que nunca. Le informó al Primer Ministro que habÃan ocurrido terribles incidentes en el Campeonato Mundial de Quidditch, pero intentó calmarlo diciendo que no habÃa nada que temer, que todo iba a solucionarse. Como si fuera poco, le previno que estaban por traer tres dragones del y una esfinge del extranjero. Apenas dos años después, Fudge volvió a aparecer, trayendo la terrible noticia de una fuga en masa de Azkaban. Cada vez que Fudge visitaba al Primer Ministro, su cara denotaba más y más preocupación.
Volvemos a la actualidad. Tras escuchar lo que Scrimgeour tenÃa que decirle sobre los accidentes que estaban teniendo lugar en Gran Bretaña, no tuvo disgusto peor que enterarse que el mundo mágico estaba en guerra. SÃ, por exagerado que le pareciera, la comunidad mágica se encontraba en guerra.
El Primer Ministro, ya envuelto en la desesperación, intentó responsabilizar a Scrimgeour de todo lo que estaba ocurriendo. “Pueden hacer magia, ¡tiene que haber una forma de que resuelvan esto que está pasando!â€, le dijo.
Y Scrimgeour, elegante y terminantemente, le replicó. “El problema es que el otro bando también puede hacer magia, Primer Ministroâ€.