El héroe del cambio de siglo
¡Será famoso… una leyenda… no me sorprenderÃa que el dÃa de hoy fuera conocido en el futuro como el dÃa de Harry Potter! Escribirán libros sobre Harry… Todos los niños del mundo conocerán su nombre.
Y todo se hizo realidad. Harry es famoso, una leyenda, se han escrito y se escribirán libros y artÃculos sobre él, y todos los niños del mundo conocen su nombre (aquà se quedó corta, porque también conocen su nombre todos los adultos del mundo). Sólo falta que llamemos a la festividad de Halloween “el dÃa de Harry Potter†o que nos felicitemos unos a otros diciendo “¡Feliz dÃa de Harry Potter!â€, aunque todo se andará. A través de esta frase de McGonagall, Rowling parece estar canalizando una premonición o estar sufriendo una especie de trance profético al más puro estilo Trelawney.
Se confeccionan muy a menudo tops de los héroes de ficción más populares (héroes de la cultura pop e iconos del cine, los más recientes), y nuestro Harry no falta en ninguno. Harry Potter ha cautivado a cientos de millones de personas de todo el mundo, sin fronteras geográficas, culturales, de edad o de género. Es posible que parte de este éxito se deba a la influencia de distintas mitologÃas y del cuento tradicional.
Al leer los primeros capÃtulos de La piedra filosofal, tenemos la sensación de estar ante el comienzo de un largo cuento, un cuento en siete gruesos volúmenes. Rowling rescribe en estos capÃtulos iniciales el arquetipo de la Cenicienta, presente en cuentos y leyendas de muchas culturas antiguas. Harry tiene algunos rasgos del ceniciento tradicional: viste ropas viejas, está mal alimentado, no dispone de un lugar adecuado para dormir y es tratado con desprecio por su familia sustituta.
Parece que Rowling volcó en las primeras páginas de su obra toda la frustración y toda la angustia que le provocaba la situación personal en la que se encontraba en aquellos tiempos. Este comienzo de la saga atrapa a muchÃsimos lectores porque ¿quién no ha sido en alguna ocasión despreciado, ignorado o infravalorado en su entorno familiar, social o laboral?, ¿quién no se ha sentido nunca como una princesa sin vestido para ir al baile, como un prÃncipe escondido en el cuerpo de un sapo o como un gran mago al que todos los vecinos toman por un delincuente juvenil?, ¿quién no ha soñado alguna vez que es rescatada por un prÃncipe con un zapato de cristal en la mano, o por una princesa a la que no le importa besar sapos, o por un gigante que viaja en una motocicleta voladora?
Además de éste y otros ingredientes del cuento tradicional, la historia de Harry tiene elementos presentes en mitologÃas de diferentes culturas. El historiador de las religiones y filósofo Joseph Campbell, en su libro El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito, analiza las similitudes que encontró en los mitos y leyendas de culturas y religiones de todo el mundo. Con este estudio comparativo, Campbell estableció los doce pasos del camino del héroe. Muchos de estos pasos aparecen en sagas literarias contemporáneas (Harry Potter o El Señor de los Anillos) y en pelÃculas (Star Wars o El rey león). En cada uno de los siete libros de Harry Potter, o tomando las siete partes como una sola historia, podemos identificar la mayorÃa de los doce pasos (comienzo en el mundo ordinario, llamada a la aventura, pruebas, resurrección del héroe…) que encontró Campbell en su minucioso estudio de las mitologÃas y las religiones.
En las mitologÃas, muchos héroes tienen un enemigo que intenta acabar con ellos cuando aún son niños. Esto es lo que le ocurre a Harry o a Simba, el protagonista de El rey león. Muchos de ellos pasan los primeros años de su vida en el exilio, en un lugar al que no pertenecen, y desconocen su verdadera identidad, tal y como les sucede a Harry y a Luke Skywalker.
Y ya que salen a colación las similitudes entre Harry Potter y Star Wars, no podemos dejar de fijarnos en el parecido de las relaciones que se establecen entre los miembros de la trÃada protagonista. Entre Ron y Hermione hay una tensión romántica muy al estilo Han Solo/princesa Lia. La relación Harry/Hermione también es similar a la de Luke y Lia: aunque Harry y Hermione no son hermanos, Harry se refiere a ella con esa palabra cuando Ron está siendo atormentado por el fragmento del alma de Voldemort que se esconde en el guardapelo.
Al margen de las influencias de las mitologÃas, Rowling siempre ha reconocido que el padre literario de Harry es el pequeño Arturo de La espada en la piedra (T. H. White), que crece siendo tratado como un sirviente por su tÃo y su primo hasta que aparece MerlÃn y se hace cargo de su educación.
Al igual que Dorothy, la protagonista de El mago de Oz, Harry tiene una señal en la frente. La señal de Dorothy es la marca del beso de la bruja del Norte, es una marca mágica protectora. La de Harry es el lugar donde impactó una maldición asesina, aunque también tiene una marca mágica protectora invisible: la del sacrificio de su madre. Por cierto, en El mago de Oz aparece un pueblo de esclavos satisfechos con su esclavitud llamados winkies. También podéis encontrar unos árboles guerreros que atizan mamporros a quienes se les acercan, al igual que el sauce boxeador.
Otro personaje con marca en la frente y con similitudes con Harry es Mina, la protagonista de Drácula (Bram Stoker). La marca de Mina se la hace Van Helsing con una hostia consagrada después de que la muchacha fuera mordida por Drácula. Esta marca, al igual que la de Harry, proporciona a la protagonista una conexión con su enemigo. Ella tiene visiones de Drácula y, gracias a ellas, los protagonistas consiguen dar caza a tiempo al vampiro.
Frodo también tiene cicatriz (aunque no en la frente) y está conectado con su enemigo. La herida de la espada del jinete negro le proporciona visiones aterradoras pero útiles en su misión.
El enfrentamiento final entre Peter Pan y Garfio se asemeja al de Harry y Voldemort. Peter, al igual que Harry, es dado por muerto y permanece invisible, contemplando lo que ocurre, hasta que revela su presencia para salvar a sus amigos. Garfio es otro villano con miedo a la muerte, de educados modales y formado en un prestigioso internado (el elitista Eton).
De quienes, sin duda, Harry ha recibido influencias es de los esforzados huérfanos de Dickens (David Copperfield, Oliver Twist, Pip, Esther Summerson, Nell…). Aunque el giro estético que le dio a las pelÃculas Alfonso Cuarón fue muy positivo, lo cierto es que Chris Columbus supo captar muy bien la atmósfera dickensiana de los primeros libros.
La de Harry es una historia como la de David Copperfield, a quien conocemos desde su nacimiento y cuyas desdichas y esfuerzos para superar las adversidades seguimos hasta que es un adulto, ajusta las cuentas con sus enemigos y, finalmente, forma su propia familia.
La historia de Harry también comienza cuando éste se queda huérfano y es entregado a personas que sabemos que no lo quieren y que no van a tratarlo bien. Al final, Harry castiga al responsable de sus penalidades y consigue lo que habÃa perdido al principio: una familia. Al terminar la historia, Harry, Ron y Hermione forman parte de la misma familia y tienen lazos de parentesco entre ellos.
A algunos no les gustó que Harry sobreviviera al enfrentamiento final con Voldemort ni les agradó el epÃlogo. Todas las opiniones son muy respetables, pero tal vez deberÃamos dejar nuestra mente en silencio, olvidándonos de las historias que nos hubiera gustado que nos contaran, y escuchar la hermosa historia que Rowling nos quiere contar, una epopeya moderna, una mitologÃa del siglo XXI.
Rowling ya nos dio una pista del final de la saga a través de su personaje en la serie Los Simpson, a quien ella misma puso la voz. En el capÃtulo en el que la familia Simpson viaja a Inglaterra, Lisa se encuentra con Rowling a la salida de una librerÃa y le dice: “Por favor, señora Rowling, podrÃa decirme cómo acaba Harry Potter?, y Rowling le contesta: “¿Qué quieres que te diga, que Harry se hace mayor y se casa contigo?†Estaba claro que Harry no podÃa terminar casándose con Lisa Simpson, pero nuestra autora favorita nos estaba avisando de que Harry sobrevivirÃa, se harÃa mayor y se casarÃa.
Harry también nos ha encandilado por la profundidad psicológica con la que su creadora lo ha construido. No sólo tiene virtudes y cualidades. El héroe también tiene sus imperfecciones. Rowling comentó en una ocasión que le habÃa dado a Harry sus propios defectos: impulsividad y algo de arrogancia. Además, Harry es inseguro y patoso con las chicas. Está lejos de poseer el magnetismo seductor de Edward Cullen, quien, por cierto, es heredero literario del protagonista de Orgullo y Prejuicio, Mr Darcy [Nota para la compañera de La Coruña, en referencia al comentario 110 de Los antecedentes V: si te han gustado Orgullo y Prejuicio y Sentido y Sensibilidad, no dejes de leer Emma, que es el favorito de Rowling, y Persuasión, que es uno de mis preferidos…y ¡gracias por leer mi libro!]. Pero, aunque Edward tiene innumerables seguidores, no ha conseguido la hazaña de Harry: interesar en su historia a chicos y a chicas por igual y a personas de todas las edades.
PodrÃa decir muchÃsimas cosas más sobre Harry, este héroe literario entre dos siglos al que su autora puso gafas como a los superhéroes en su vida de incógnito (Clark Kent y Peter Parker), pero me gustarÃa acabar este artÃculo con una reflexión.
Nos ha tocado vivir una época de crisis y en un mundo en pleno proceso de transformación. Las viejas ideas y teorÃas no nos sirven para entender una realidad que cambia rápidamente, y aún no vislumbramos las nuevas ideas que orientaran nuestros pasos en un futuro. Es algo similar a lo que ocurre en la tierra de FantasÃa, en La historia Interminable. Cada cierto tiempo, la nada destruye este paÃs y la emperatriz infantil necesita un nombre nuevo, pero sus habitantes siempre olvidan el pasado y, cuando la historia se repite, siempre los coge desprevenidos.
En un momento asÃ, si nos siguen gustando las historias en las que el bien triunfa sobre el mal, si la juventud admira a Harry Potter, que es valiente, leal, Ãntegro, incorruptible por el poder y capaz, incluso, de sacrificar su vida por los seres que ama; entonces aún hay esperanza para nuestro mundo.