Recuerdo que una de las maravillosas sorpresas que vi en Harry Potter y la Piedra Filosofal fue la partida de ajedrez entre Ron y Harry durante las vacaciones navideñas en Hogwarts. Cada jugador ordenaba a «sus tropas» el movimiento que debÃan hacer y la pieza mágica se movÃa en consecuencia. Las piezas literalmente «aplastaban» a sus oponentes cuando les correspondÃa tomar su lugar en el tablero. Supongo que una vez acabada la partida, los trebejos (piezas) se autorreparan mágicamente, de lo contrario serÃa un gasto impresionante de dinero.
El caso es que a mÃ, una fan del ajedrez, me resultó una grata sorpresa ver a los personajes principales pasando su tiempo frente al tablero de los 64 escaques (cuadrados). Y después de leer todos los libros, me resultó aún más agradable el hecho de que J. K. Rowling hiciera de Ron Weasley un ser con talento y apasionado por este juego. No se requiere tener la gran inteligencia de Hermione y su aún más sobresaliente memoria, sino que sólo se deben conocer las reglas y ser un gran estratega en el «campo de batalla».
Durante la primera mitad de la saga, Ron, Harry e incluso Hermione, juegan con bastante regularidad al ajedrez. Pero más avanzada la historia, pareciera que dejan de hacerlo o al menos no es mencionado por la autora. Me parece que tiene sentido, ya que después del regreso de Voldemort, el juego se convierte en un escenario muy real. Hay dos bandos claramente enfrentados en una partida en que se lucha por el poder, la libertad y la vida. Existen dos reyes que necesitan abatirse entre sÃ. Están las «torres», como el castillo de Hogwarts o el edificio del Ministerio de Magia. Están los caballeros de uno y otro bando. ¿Quién puede negar todo el simbolismo que tienen en este sentido «Arthur y sus hijos», como si del Rey Arturo y sus caballeros se tratara? Están los peones, personajes secundarios llevados al sacrificio ya sea a la fuerza (como Stan Shunpike) o por su propia valentÃa (como Colin Creevey). Están los alfiles, guÃas espirituales o maestros, capaces de asesorar en la batalla. Están las reinas… siempre con mucho dominio sobre el tablero: Bellatrix es una de ellas, sin lugar a dudas, y aunque Hermione tiene bastantes aptitudes para ser considerada como tal, aún era una reina en formación. El personaje que tenÃa el poder de la «reina» del ajedrez en el bando de Harry fue, indiscutiblemente, Albus Dumbledore; lo cual hace más meritorio el que Harry haya ganado, pues al perderlo, perdió una gran parte del control del tablero. Todos los jugadores de ajedrez saben que aún perdiendo a la reina se puede ganar una partida, pero esa pérdida siempre será particularmente dolorosa cuando ocurre  (y en la saga no dejó de ser asÃ).
Se me ocurrió plantear este tema al ver accidentalmente la imagen de Harry y Ron jugando una partida en navidad. Y entonces pensé… «Harry Potter ha inspirado a tantos jóvenes, ¿habrá incentivado a algunos de ellos a aprender el ajedrez?» Como dije más arriba, yo sabÃa jugarlo desde muchos años antes, asà que sólo aquellos de ustedes que crecieron con la saga podrÃan responder mis inquietudes:
- ¿Alguno de ustedes quiso aprender a jugar este juego de estrategia cuando vio la pelÃcula o leyó el primer libro de Harry Potter?
- ¿Alguno de ustedes le hubiera gustado sustituir a una pieza en el juego de ajedrez gigante de McGonagall, como Ron, Harry y Hermione?
- Los que pertenecen a comunidades de Harry Potter, ¿nunca se les ocurrió jugar una partida con personas reales y escenificar el juego de HP1?
- ¿Alguien coleccionó el juego de ajedrez mágico de Harry Potter que vendÃa la editorial Planeta DeAgostini? ¿Qué tal era? :)
Sean cuales sean sus respuestas, lo cierto es que en esta época de juegos de vÃdeo, considero especialmente notable que J. K. Rowling haya incluido al ajedrez entre los pasatiempos de los magos. Entender los principios en que se basa el ajedrez siempre será un aporte para entender y analizar los conflictos dentro de una historia. Ojalá fuera igual para entender la vida real, pero esto ya no es tan fácil. Como dije alguna vez, en el tablero del ajedrez es fácil apreciar el color (saber quién es el bueno y quién el malo), pero en el mundo real es más complicado pues en él abundan los «tonos grises».
Y por si alguien se pregunta a qué reyes representan Harry y Voldemort, pues les diré que al contrario de lo que popularmente representan los colores «blanco y negro», en el ajedrez se invierte el simbolismo. Las piezas blancas siempre son las atacantes y las negras son las que se defienden. Entonces las blancas serÃan «las villanas» y las negras las «vÃctimas inocentes». Siguiendo este razonamiento, Lord Voldemort serÃa el Rey Blanco y Harry, el Rey Negro. Ahora sabemos que en la Gran Partida del Mundo Mágico ganó el equipo del Rey Negro.
¡Larga vida al rey!