Y el gran regalo que la autora JK Rowling nos tenÃa preparado, y el que muchos estábamos esperando, es un escrito de aproximadamente 1.700 palabras acerca de Dolores Umbridge! Como habÃa prometido Pottermore, ya se ha revelado este escrito en la noche de Halloween, como parte del lanzamiento de los nuevos momentos de Harry Potter y la Orden del Fénix, asà que a continuación presentamos el nuevo texto completo de JK Rowling acerca de este odiado personaje del Universo de Harry Potter, que incluye también los pensamientos personales de la autora.
Si quieres explorar los nuevos momentos de Pottermore por ti mismo y descubrir los nuevos textos de JK Rowling, no leas el texto a continuación.
Advertencia de Spoilers!
Desplázate hacia abajo para leer el nuevo contenido creado por JK Rowling.
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Dolores Umbridge
Dolores Jane Umbridge era la hija mayor, y única chica, de Orford Umbridge, un mago, y Ellen Cracknell, una muggle. Su hermano era un squib. El de sus padres no era un matrimonio feliz y Dolores los odiaba en secreto. A Orford por su falta de ambición (nunca habÃa ascendido y trabajaba en la Oficina de Mantenimiento Mágico del Ministerio de Magia), a su madre Ellen por su inconstancia, desorden y origen muggle. Tanto Orford como su hija culpaban a Ellen de la falta de poderes mágicos del hermano de Dolores. Por eso, cuando Dolores tenÃa 15 años, la familia se dividió. Orford y Dolores permanecieron juntos, mientras que Ellen volvió al mundo muggle con su hijo. Dolores no volvió a ver a su madre ni a su hermano, ni a hablar de ellos, y a partir de ese momento fingió pertenecer a una familia de sangre pura.
Dolores era una bruja consumada que nada más terminar sus estudios en Hogwarts empezó a trabajar como becaria para la Oficina Contra el Uso Indebido de la Magia. Incluso con 17 años, Dolores era sentenciosa, intolerante y algo sádica. Sin embargo, gracias a su esmero y a la exagerada atención que dedicaba a sus superiores, junto con la crueldad y el sigilo con los que se llevaba el mérito por el trabajo de otros, consiguió ascender enseguida. Antes de cumplir los treinta, Dolores ya estaba al mando de la Oficina y no tardó en ascender a puestos de mayor responsabilidad dentro del Departamento de Seguridad Mágica. Para entonces habÃa convencido a su padre para que aceptase la jubilación anticipada y, con la ayuda de una pequeña pensión, consiguió apartarle de la sociedad. Cuando alguien (normalmente algún compañero que no se llevaba bien con ella) le preguntaba: «Â¿Eres familia del Umbridge que fregaba el suelo?», siempre sonreÃa dulcemente, se reÃa, lo negaba rotundamente y aseguraba que su padre, ya fallecido, habÃa sido un miembro distinguido del Wizengamot. Aquellos que preguntaban por Orford, o por cualquier otro tema del que Dolores no quisiera hablar, solÃan sufrir algún tipo de infortunio, y los que querÃan estar de su parte debÃan fingir que creÃan su versión.
A pesar de esforzarse por conseguir el afecto de uno de sus superiores (poco importaba cuál, con tal de prosperar en su posición social y seguridad gracias a un marido influyente), Dolores nunca se casó. Aunque valoraban su ambición y dedicación, cuando la conocÃan mejor encontraban pocas razones para interesarse por ella. Tras una copita de jerez, Dolores solÃa hablar más de la cuenta, e incluso aquellos de tendencia antimuggle se escandalizaban cuando esta revelaba a puertas cerradas lo que realmente pensaba de la comunidad no mágica y del tipo de trato que se merecÃa.
Cuantos más años cumplÃa, más fuerte se hacÃa y más ascendÃa en el Ministerio, más crecÃa el interés de Dolores por los accesorios cursis. Su despacho se llenó de adornos y florituras, y sentÃa predilección por todo lo que estuviera decorado con gatitos (a pesar de que los de verdad le parecÃan un engorro). Cuando el ministro de Magia Cornelius Fudge comenzó a inquietarse y a desconfiar de Albus Dumbledore, pensando que querÃa derrocarle, Dolores vio una oportunidad para encumbrarse y, avivando el orgullo y los miedos del ministro, se presentó como una de las pocas personas en las que este podÃa confiar.
Al convertirse en Suma Inquisidora de Hogwarts, Dolores pudo, por primera vez en su vida, dar rienda suelta a sus prejuicios y crueldad. Su paso por el colegio como estudiante no habÃa sido agradable, subestimada para cualquier puesto de responsabilidad, y se deleitó en la oportunidad de volver y hacer uso de su autoridad sobre aquellos que (en su opinión) no habÃan sido justos con ella.
Dolores tiene fobia a todas las criaturas que no son del todo, o en absoluto, humanas. La antipatÃa que siente hacia el medio gigante Hagrid, o el miedo que tiene a los centauros, es un ejemplo del temor que siente Dolores hacia lo desconocido y lo salvaje. Es una persona controladora, y considera que todos aquellos que desafÃan su autoridad y punto de vista deben ser castigados. Para Dolores, subyugar y humillar a otros es un placer. Lo único que la distingue de Bellatrix Lestrange son las personas a quienes han jurado lealtad.
La estancia de Dolores en Hogwarts no terminó bien. Se dejó llevar por su ambición y, saltándose los lÃmites de su propia autoridad, se extralimitó en las competencias que Fudge le habÃa otorgado. Afectada, aunque no arrepentida, por cómo habÃa concluido su carrera en Hogwarts, regresó a un Ministerio que se habÃa sumido en el caos tras el regreso de lord Voldemort.
Gracias a los distintos cambios de regÃmenes que siguieron a la dimisión involuntaria de Fudge, Dolores pudo regresar a su antiguo puesto en el Ministerio. El nuevo ministro, Rufus Scrimgeour, tenÃa otros problemas más acuciantes que Dolores Umbridge. Pero Scrimgeour fue castigado después por ese despiste. Además, el hecho de que el Ministerio nunca hubiese sancionado a Dolores por tantos abusos de poder era para Harry Potter un ejemplo de su complacencia y despreocupación. Harry creÃa que al seguir empleando a Dolores y al no sancionarla por su comportamiento en Hogwarts, se ponÃa de manifiesto la corrupción que reinaba en el Ministerio y se negó a colaborar con el nuevo ministro. (Dolores es la única persona, además de lord Voldemort, que ha dejado en Harry una cicatriz permanente tras obligarle a grabar en el dorso de la mano las palabras «No debo decir mentiras»).
Dolores pronto volvió a disfrutar más que nunca de la vida en el Ministerio. Cuando el tÃtere Pius Thicknesse se convirtió en ministro y los seguidores del Señor Tenebroso se infiltraron en el Ministerio, Dolores pudo por fin encontrar su sitio. Con mucho acierto, los mortÃfagos vieron que tenÃa mucho más en común con ellos que con Albus Dumbledore, asà que además de mantenerla en su puesto, le otorgaron aún más poder y la nombraron jefa de la Comisión de Registro de Hijos de Muggles. Esta comisión en realidad era un juicio amañado por el que se encarcelaba a los hijos de muggles, acusados de haber usurpado sus varitas y sus poderes.
Mientras juzgaba a una nueva mujer inocente, Harry Potter finalmente atacó a Dolores en el corazón del Ministerio, robándole el Horrocrux que sin saber tenÃa en su poder.
Tras la caÃda de lord Voldemort, Dolores Umbridge fue juzgada por su ferviente cooperación con el régimen y fue condenada por la tortura, encarcelamiento y muerte de varias personas (algunos de los hijos de muggle inocentes que metió en Azkaban no sobrevivieron).