Cuando tuve en mis manos una copia de Harry Potter y la Orden del Fénix—el libro, la Biblia por excelencia— me puse muy contento. HabÃan llegado hasta mà los más increÃbles rumores, las más desdichadas historias sobre muerte y sacrificio: que si Cho morÃa; que si Harry morÃa y Hermione lo salvaba con un giratiempo…Y entonces descubrà que todo era producto de un falso libro que habÃa circulado previo a la presentación del original de Rowling. Y es que La Orden es una historia sobre la rebeldÃa, la manipulación de los medios, una de las más profundas de la saga.
Tras cuatro filmes de un vuelo artÃstico y cinematográfico excelente, la quinta entrega prometÃa, sobre todo teniendo en cuenta la trama que sostenÃa su argumento. Además, las pelÃculas de Harry Potter se han convertido en un ejercicio de adivinación difÃcil: queremos saber qué escenas se incluirán y cuáles no, que nuevas ideas aportará un nuevo director… Y llegó David Yates, el SacrÃlego. Primeramente, el tÃtulo era sólo un gancho, asà que por favor, fanáticos de Yates no se asusten, que no me concentraré sólo en opiniones negativas. ¿Por qué sacrÃlego? Primero que todo, si buscamos una definición en el diccionario virtual de la RAE (Real Academia Española) encontramos que significa: “Lesión o profanación de cosa, persona o lugar sagradosâ€. Pero ojo, —sé que hay lectores que no concuerdan con mis opiniones ( y eso me gusta, la polémica)— que este SACRILEGIO no es peyorativo, sino por el contrario. Han sido lesiones un tanto favorables. A pesar de que estoy un poco reacio a aceptar que Yates es un gran director, la culpa real de que sea odiado por muchos es de Michael Goldenberg, quien condensó demasiado el libro y le quitó escenas importantes. De hecho La Orden a pesar de ser adaptación de una novela súper extensa, es la pelÃcula que dura menos.
Realmente, el libro de Rowling me pareció genial, aunque debo reconocer —no sé si les pasó lo mismo al leerlo— que por momentos no pasaba casi nada. Aquellos capÃtulos interminables de limpieza en casa de Sirius, el vuelo de la Orden del Fénix, que abarcó varias páginas… Y asà sucedió en la pelÃcula: la magia de la escuela se pierde, para dar más cabida a la trama emocional de Harry (aplausos para Daniel por la actuación y sobre todo para Yates, por enfocarlo como lo hizo), hecho que se debió explotar más en las pelÃculas anteriores. Sin embargo David parece ser más adicto a la acción y los efectos que a la propia historia que cuenta su filme. Es por eso que sus realizaciones con Harry no me convencen. Aunque, después de El Cáliz, La Orden en la pelÃcula que más me cautiva. Y es que califico como “obra de arte†todas las escenas del Ministerio. Ovación para Yates por la idea de los MortÃfagos (esas apariciones en humo negro—¿o es luz—, es genial), y por hacer una pelÃcula con batallas espectaculares, geniales e impresionantes. Hubo detrás de ese momento cumbre (para mà es el más destacado de toda la saga) todo un estudio profundo para lograr una realización de éxito. Incluso se eligió un estilo esgrimÃstico aristocrático para Lucius y una forma de pelear callejera para Sirius.
Realmente, Yates imprimió a la saga una visión y un espÃritu más comercial —y no por eso despreciable— que conjuga lo anticuado del mundo mágico de Rowling (las costumbres y forma de vestir de los magos, por ejemplo) con los mejores ingredientes de una aventura de Indiana Jones: persecuciones, peleas emocionantes que no dan respiro al público… Pero a pesar de eso, los filmes de Yates pecan de aburridos. Son un plano desarrollo de eventos sin emoción, para, por suerte, salvarlo al final, dejando un agradable sabor al público, que dan ganas de ver el filme una y otra vez… Es contradictorio, lo sé; pero David Yates es una especie de relación “amor-odio†que tengo. Amo sus pelÃculas y las veo una y otra vez, a pesar de que siempre al estreno de las mismas jure odio eterno a Yates…Pero que haré, ¿si lo amo? Asà me despido, esperen la segunda parte de yates el SacrÃlego ;)