Un informe de la agencia Bloomberg detalla que el banco británico Royal Bank of Scotland (RBS) realizaba inversiones en diferentes pelÃculas taquilleras, como la saga Harry Potter, para poder evadir impuestos.
La entidad financiera utilizó la maniobra en una veintena de pelÃculas ya rodadas, para, de esta manera, aprovechar la exención fiscal que las leyes británicas conceden a las empresas que invierten en el sector audiovisual.
Entre los films en los que el RBS invirtió dinero se encuentran la tercera y cuarta pelÃcula de la saga del joven mago: Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (2004) y Harry Potter y el Cáliz de Fuego (2005).
Bloomberg aseguró que lo hecho por el banco británico fue «una especie de magia, digna de un graduado del Colegio Hogwarts de Magia y HechicerÃa».
Los derechos de distribución se transferÃan a algún estudio que pagaba una renta fija de lo que iba a cobrar en las taquillas. De este modo, independientemente del éxito comercial que tuviese cada una de las pelÃculas, la entidad bancaria sacaba su provecho de la distribuidora y también se llevaba los beneficios fiscales.
Con este método «mágico», el Royal Bank of Scotland obtuvo ganancias por un total aproximado de USD 1.450 millones entre los años 1998 y 2007.
La decisión de las autoridades de la institución financiera de no realizar más esta operación se debió a la medida adoptada por el Reino Unido que endureció la legislación fiscal, dejando un resquicio para las compañÃas que realmente están involucradas en la producción cinematográfica.
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