Serie de Harry Potter 141/199: ‘El Príncipe Mestizo’

Y llegamos al capitulo número 141 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 días estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capítulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El día de hoy es el turno para el capitulo número 141 de la Serie de Harry Potter.

Harry Potter y el Príncipe Mestizo

Capítulo 9: El Príncipe Mestizo

Como era de esperarse, Harry no perdió tiempo en contarle a sus amigos su teoría sobre lo que había oído decir a Malfoy en el tren. Ron sugirió que Malfoy se estaba luciendo ante Pansy Parkinson utilizando ese misterioso “trabajo” del que había hablado, y Hermione no pudo refutar esa posibilidad, aunque no compartía la idea de que Malfoy pudiera ser realmente un mortífago.

Mientras desayunaban, Hermione se enteró de la vergonzosa conversación que Harry y Ron habían tenido con Hagrid, donde el semigigante había mostrado entera confianza en que el trío seguiría estudiando Cuidado de Criaturas Mágicas ese año, cuando realmente no era así. Después del desayuno, la profesora McGonagall bajó de la mesa de profesores para darle a los alumnos los nuevos horarios de clase. La distribución de horarios era más complicada este año, pues debía cerciorarse que cada alumno había aprobado las MHB de cada asignatura antes de permitirle cursar los EXTASIS.

Harry se llevó una sorpresa cuando la profesora McGonagall le preguntó por qué había decidido no continuar estudiando Pociones, ya que por lo que tenía entendido el joven alumno tenía expectativas de convertirse en Auror. Ahí es cuando Harry, sorprendido, se entera que el nuevo maestro de Pociones, Horace Slughorn, estaba aceptando a alumnos que hayan obtenido un “Supera las expectativas” en la MHB. Así que Harry podría cursar el EXTASIS de Pociones sin problemas, con el único y menor inconveniente de que no había comprado libros, ni ingredientes, ni nada que se necesitara para pociones… pero la profesora McGonagall dijo que podía utilizar cosas del colegio por un pequeño tiempo. Además, le comunica que al menos veinte personas ya se han inscrito como postulantes al equipo de Quidditch de Gryffindor.

Cuando Ron y Harry iban hacia la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras encontraron a Hermione, que llevaba el mismo destino. La muchacha se quejaba de la cantidad de tarea que les habían dado en Runas Antiguas, aunque pensaba que no sería nada comparada con la tarea que les daría Snape.

Pronto Severus apareció en el pasillo e indicó a sus alumnos que ingresaran al aula. La habitación había sido, se notaba, totalmente retocada por Snape; estaba más lúgubre que nunca.

Al principio, Snape se dedicó a “meterles miedo” a los alumnos, diciendo que le parecía increíble que tantos de ellos hubieran alcanzado un buen nivel en las MHB, pero que le sorprendería aún más que gran parte de los presentes pudieran llevar a cabo sus EXTASIS. Luego, pasó a decirles que deberían aprender hechizos muchos más avanzados para superar o al menos sortear los obstáculos que pudieran presentárseles en aquellos tiempos tan duros. Entre estos hechizos hizo referencia a los no verbales, es decir, aquellos que brindan la ventaja de que el oponente no sabe qué hechizo va a conjurarse, ya que se realiza sin pronunciar palabra alguna. Los alumnos se dividieron en parejas, en las que uno de los integrantes debía repeler, mediante un encantamiento protector no verbal, el hechizo no verbal del otro. Ron, que debía hechizar a Harry, no podía lograrlo. Snape tomó su lugar y conjuró un encantamiento contra Harry, quien olvidó lo que debía hacer y realizó un encantamiento Protego verbalmente. Tras eso y una pequeña discusión entre él y su profesor, Snape decidió castigarlo, y eligió para llevar a cabo la penitencia uno de los momentos que más duele: el sábado por la noche.

Mientras caminaban, después de clase, Ron elogió la actitud de Harry, pero Hermione no dejaba de reprocharlo. De pronto apareció uno de los bateadores del equipo de Quidditch del año anterior, quien, además de preguntarle cuándo serían las pruebas, le entregó un rollo de pergamino, que en realidad era una pequeña carta de Dumbledore, en donde lo citaba para sus “clases particulares” ese mismo sábado… suerte para Harry: no tendría que cumplir la detención de Snape.

Después de eso tuvieron la clase de Pociones, con el profesor Slughorn. La mazmorra donde tenían lugar las clases estaba inusualmente llena de vapores y olores extraños. El profesor dijo a sus alumnos que sacaran el material de estudio, a lo que Harry le dijo que no había comprado nada, por pensar que no podría cursar el EXTASIS de la materia. Slughorn les dio entonces, a él y a Ron, unos libros muy maltratados, pero que servían para salir del apuro, y unas pequeñas balanzas.

Al comenzar la clase, Slughorn pidió que los alumnos reconocieran las distintas pociones que se encontraban en los calderos. Hermione, por supuesto, reconoció gran parte de ellas, ganando puntos para Gryffindor. Pero había una poción que les llamó la atención más que ninguna otra, incluso más que aquella que era capaz de crear una emoción apasionada -similar al amor-. Se trataba de Felix Felicis, “suerte líquida”. Slughorn, entonces, dijo a la clase que quien pudiera preparar un decente intento de la pocima de muertos vivientes, se llevaría una pequeña botella con Felix Felicis, suficiente para unas cuantas horas de suerte asegurada.

Harry se apresuró a leer el gastado libro, pero los garabatos que su anterior dueño había dibujado en él lo distraían. Eran, en realidad, notas al margen, que ofrecían alternativas mejores a la preparación que se mencionaba en el libro.

Su poción, pronto, se fue formando perfectamente. Hasta Hermione se sorprendía por la forma en que Harry preparaba la pócima.

Cuando la hora terminó, Slughorn decidió que el ganador había sido Harry, evocando que había heredado el talento de pociones de su madre, Lily. Y Harry obtuvo el premio tan deseado: la botella de Felix Felicis.

Poco más tarde, Harry contó a Ron y Hermione cómo había preparado esa poción. Ron estaba totalmente exaltado, pero a Hermione eso no le hacía nada de gracia, sino que parecía alarmada y enojada. Tomó el libro y le hizo un encantamiento para revelar si el libro contenía algún tipo de maleficio o maldición, pero nada pasó. No podía aceptar que alguien obtuviera mejores resultados que ella, o al menos eso es lo que nos da a entender.

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