Y llegamos al capitulo número 165 de nuestra publicación diaria y cronológica en la cual durante 198 dÃas estaremos compartiendo nuestras sorpresas, anécdotas y opiniones acerca de cada uno de los capÃtulos de la saga de Harry Potter para luego finalizar con el Epilogo. El dÃa de hoy es el turno para el capitulo número 165 de la Serie de Harry.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte
CapÃtulo 3: La despedida de los Dursley
TÃo Vernon llamó a Harry porque querÃa hablar con el. Harry bajó los escalones lentamente y se encontró con los tres Dursley vestidos con ropa de viaje. TÃo Vernon le indicó que se sentara mientras él empezaba a pasearse por el salón.
Vernon habÃa cambiado de opinión en cuanto a irse. Los Dursley llevaban cambiando de idea cada veinticuatro horas, cargaban y vaciaban el coche. Harry les habÃa contado que ellos estaban amenazados por algunos “de los suyosâ€. Vernon no le creÃa, según el, Harry querÃa quedarse con la casa para sacarle beneficio, pero Harry, que ahora era más rebelde en su forma de hablarle a tÃo Vernon, le dijo que no la querÃa por que el ya tenia una heredada de su padrino.
Harry impaciente le volvió a repetir a Vernon lo que ya le habÃan dicho el Kingsley y el señor Weasley. En cuanto cumpliera diecisiete años el encantamiento protector se romperÃa y Voldemort irÃa a la casa para secuestrarlos, esperando que Harry volviera a rescatarlos. Sus miradas se cruzaron y Harry tuvo la certeza de que en ese instante ambos se preguntaban lo mismo. DebÃan esconderse y la Orden les ofrecÃa ayuda.
TÃo Vernon se preguntaba porque el ministerio de magia, no les mandaba protección, a fin de cuentas eran las victimas por hospedar a un individuo fichado. TÃo Vernon tenÃa mucha confianza en el gobierno. Harry le explicó que creÃan que se habÃan infiltrado en el ministerio. Entonces Vernon pidió a Kingsley, al que le tenÃan una confianza nunca antes vista en ellos hacia un mago. Kingsley protegÃa al ministro muggle y se habÃa ganado la confianza de los Dursley. Pero exactamente por esa misma razón no podÃa ser asignado a los Dursley, estaba ocupado protegiendo al ministro. Además Hestia Jones y Dedalus Diggle estaba perfectamente capacitados, según dijo Harry. TÃo Vernon dijo querer ver sus currÃculos.
Entonces Harry perdió la paciencia, se levantó y le dijo que todos los desastres que habÃan sucedido desde hace algún tiempo no eran accidentes. Voldemort mataba muggles por diversión. Hasta la niebla producida era por dementores y si no recordaba quienes eran, le recomendó preguntarle a su hijo.
Dudley preguntó si habÃa más y Harry contesto afirmativamente. Vernon dijo entender y Harry dijo que eso era lo mejor, porque cuando él cumpliera diecisiete todo tipo de criaturas controladas por Voldemort irÃan a buscarlos.
Entonces Dudley dijo que él si irÃa con la Orden. Harry supo que la batalla estaba ganada, ya que sus padres nunca se separarÃan de su cachorrito. Miró el reloj, les avisó que llegarÃan en cinco minutos y se dirigió a su dormitorio.
Se preguntaba como se despedirÃa de ellos, si llevaban dieciséis años detestándose. Repasó el contenido de su mochila, alimentó a Hedwig con frutos secos lechuciles y le dijo que no tardarÃan en irse y entonces podrÃa volver a volar.
El timbre sonó y Harry bajo ya que los Dursley no podrÃan arreglárselas solos con Dedalus y Hestia. Al bajar ambos saludaron muy alegremente a Harry y a los Dursley los saludaron como “parientes de Harry Potterâ€, lo que les molesto.
El plan consistÃa en irse antes que Harry, ya que no podÃan emplear magia en la casa porque le darÃan una escusa al Ministerio para apresarlo. Se irÃan en coche y se alejarÃan 15 kilómetros, luego se desaparecerÃan e irÃan al lugar seguro que habÃan escogido. En cuanto a Harry los planes habÃan cambiado y una escolta irÃa por el en vez de solo usar la aparición conjunta con Ojoloco.
El reloj de bolsillo de Dedalus dijo que se dieran prisa. Dedalus preguntó si estaban listos y Hestia sugirió darles un momento a solas para que se despidieran, pero Harry dijo que no hacia falta, Vernon se despidió de el y tuvo la intención de estrecharle la mano, pero se arrepintió a ultimo momento. Vernon estaba a punto de llegar a la puerta cuando Dudley dijo no entender.
Dudley se preguntaba porque Harry no iba con ellos, Vernon dijo que porque no querÃa. Dudley volvió a preguntar que a donde irÃa y Vernos contestó que con los de su calaña, lo que escandalizó a Hestia. Harry dijo que no importaba, que ellos solo pensaban que ocupaba espacio.
– Yo no creo que lo único que hagas sea ocupar espacio.
Si Harry no hubiera visto como Dudley movÃa los labios quizá no lo hubiera creÃdo. Harry se sorprendió por ese comentario y le agradeció abochornado y atónito. Dudley, que parecÃa lidiar con pensamientos muy complicados, le dijo que le habÃa salvado la vida, aunque Harry dijo que eso no era exactamente cierto, ya que los dementores no mataban, succionaban el alma.
Harry y su primo apenas se habÃan relacionando en los dos últimos veranos, porque Harry habÃa pasado poco tiempo en Privet Drive y casi siempre se encerraba en su habitación. Entendió que aquella taza de té que habÃa roto en la mañana no era ninguna broma. Estaba emocionado, pero a la vez aliviado de que Dudley hubiera agotado su capacidad de expresar sentimientos.
TÃa petunia rompió en llanto y fue a abrazar a Dudley, le enterneció que le diera las gracias a Harry. Hestia se indignó ya que no le habÃa dado las gracias a Harry, pero Harry le dijo que viniendo de Dudley eso era como decir “te quieroâ€. Vernon enojado dijo que pensaba que tenÃan un margen de tiempo, y Dedalus lo afirmo, asà que era hora de marcharse. Dedalus y Hestia se despidieron de Harry, y este les deseo suerte mirando de soslayo a tÃa Petunia y Dudley. Este último se separo del abrazo de su madre, se dirigió hacia Harry y le tendió la mano. Harry estaba sorprendido. Le estrechó la mano y le dijo a Big D que se cuidara. Dudley compuso una sonrisa y se fue.
Petunia se despidió de Harry, camino hacia la puerta sin mirarlo, se detuvo y se dio la vuelta. Harry creyó que dirÃa algo, porque habÃa despegado un poco los labios y por su mirada trémula. Pero entonces pareció arrepentirse, hizo un gesto brusco con la cabeza y salió de la habitación tras los pasos de su esposo e hijo.